Cuando conocí a Elena solía ser yo quien se quedaba callada en la conversación, mientras ella parloteaba como perico, al terminar de hablar yo le contestaba cada pequeño detalle que ella menciono antes.
Un día yo le pedí disculpas por casi no hablar. Su respuesta me dejó perpleja, me dijo "Nunca nadie me había puesto atención así, y sé que escuchas todo lo que te digo, la gente siempre suele callarme y tú, tu no, tu me entiendes".
Luego de ese día las cosas entre ella y yo se volvieron más profundas, no hay día que no hablemos con una inmensa confianza.En la amistad ella es la que me abre paso a nuevas experiencias y a ser más espontánea. Yo soy la que la hace abrir su corazón y contarme como se siente realmente en cada situación.
Elena suele ser muy impulsiva, yo soy la que la tranquiliza si llega a sobrepasar su actitud.
Hoy la veo con unas inmensas ganas de vengar lo que renata me hizo, pero sigo siendo mas fuerte que la sed de venganza.
-¿Le puedo escribir bruja en la puerta? -Elena analiza el carro de Renata y sonríe maliciosa.
Hace 15 minutos llegamos a la casa de Renata, pero estamos sentadas en una banca frente a su casa con gorras y gafas de sol negras.
Compramos Ruffles y una bolsa de cacahuates para ver su carro y su casa en lo que nos animamos a tomar acción, parece que vemos una película.
-No lo sé, yo digo que con picar las llantas ya tenemos -Le confieso, me quito la gorra y rasco mi frente, comienza a darme calor.
-Que a..gua..fies..tas -Me mira con pesadez y mete más de 3 cacahuates a su boca.
-Solo tenemos unos minutos -Agrego, me pongo la gorra y me levanto de la banca.
-Espera a que se acaben los Ruffles -Dice aún sentada en la banca.
La miro con curiosidad y ella no quita la vista de la bolsa de cacahuates mientras saca uno por uno y se los come con rapidez.
-te estás comiendo los cacahuates no los Ruffles -señalo y ruedo los ojos.
Ella ríe con comida en la boca provocando que sus cachetes se inflen como ardilla, me acerco y tomo la bolsa de Ruffles para seguir comiendo.
-No compramos nada para tomar -finalizo. Me vuelvo a sentar en la banca y ella señala su carro a dos calles.
Traga su comida e intenta hablar-Mmm, en el carro hay agua -dice mientras se levanta.
Asiento y me levanto con rapidez al ver a Renata salir de su casa, le doy la bolsa de Ruffles a Elena y la jalo hacia atrás de un carro para que no nos vea.
-¿Crees que nos haya visto? -se ríe de nervios y sigue comiendo pero ahora con ansiedad.
-No lo sé -Confieso. Veo como se sube a su carro y lo enciende, miro a Elena y le señalo su carro-. Hay que seguirla -Nos levantamos y corremos al carro para alcanzar el de Renata.
Cuando por fin vemos su carro dar vuelta a una calle Elena pisa más el acelerador para alcanzarla y no perderla de vista.
Vemos como toma la calle de entrada a un hotel y entramos detrás de ella deseando que con los lentes y la gorra que tenemos puesta no nos identifique.
Nos estacionamos un poco lejos de ella para salir del carro y checar que hace. Vemos que le hace señas a una señora que va hacia ella y cuando logro saber quién es maldigo.
-¿Quien es? -Me pregunta Elena con gran intriga.
-La mamá de Daniela -Digo entre dientes y gruño.
-Marica, vieja -No la dejo terminar y tapo su boca.
-Calla, sigue siendo la mamá del amor de mi vida.
Me mira como bebé e intenta morder mi mano.
-Eres una niña chiquita!, ya te había dicho antes ¿verdad? -La analizo y me río.
Ella asiente y saca la bolsa de Ruffles.
¿Que tanto hablaran?.
¿Que más quiere Renata de la familia de Daniela?.
Cuando por fin terminan de hablar la mamá de Calle entra al hotel y Renata se sube a su auto. El carro sale después de un minuto y la seguimos de nuevo.
De nuevo llega a un lugar, pero esta vez es a un restaurante.
-Creo que se quedará a comer aquí -Menciona Elena y su cara de emoción es insuperable.
-Creo que llegó la hora de rayar su carrito -Bailo haciendo ruidos con la boca cerrada.
Elena se carcajea y me sigue la corriente.
Comenzamos a buscar cámaras o a gente que pudiera estar cerca y al descartar lo anterior proseguimos a rayar el carro de la bruja.
Yo rayo la puerta del piloto y la cajuela con la llave de mi casa, Elena pinta la ventana del copiloto escribiendo "mierda que sos" y raya el cofre.
Al terminar nos vamos tranquilas al carro de Elena para no levantar sospechas y al estar dentro de el comenzamos a reírnos sin parar.
-Ni siquiera somos de argentina y le pusiste Mierda que sos -Suelto una gran carcajada y ella intenta hablar pero le falta el aire de la risa que tenemos.
-Lo que pasa -Respira bien y ríe de nuevo- es para despistar amiga.
Elena arranca el carro y decide llevarme a un club para ir a tomar. Creo que se volvió loca.
Al llegar pedimos bebidas preparadas y empezamos a bailar sin siquiera saber que música había. Estamos llenas de adrenalina por la travesura que acabamos de hacer.
-Realmente no pensé que lo haría, me desconozco -Confieso gritandole al oído para que logre escucharme, la música está muy fuerte.
-Yo si, la odias, y yo más por hacerte daño -Me sonríe.
-Te amo loca, eres mi cómplice -La tomo de las manos y bailo aún más.
Después de unas 3 bebidas y mucho baile nos sentamos en una mesa y saco mi celular.
Entro al chat de Daniela y le escribo.
*Poché*
No tienes ni idea de
cuánto te extraño bonita.
Te amo
Y nunca te haría daño.Enviado
Lo que no sabía es que me iba a contestar a los segundos.
*Daniela*
Yo también te extraño
Estoy fuera de la
ciudad, pero
te parece si cuando
llegue, lo hablamos?Recibido
Por alguna razón no conteste, me pareció raro que me contestara así, no sentí a daniela escribiendo eso.
Por algún motivo después de leer eso me sentí aún más confundida.
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Con Solo Un Baile
FanfictionMaría José no solia rechazar dar clases personales de baile a ninguna alumna de la academia Misi, pero Daniela Calle era la excepción.