15. Celostina

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CALLE

La situacion es menos difícil de manejar a como creí que sería.

Antonio y yo nunca nos llegamos a amar, solo nos queremos mucho, lo llegue a conocer demasiado porque en lo que si concordamos es en la manera de ver la vida, se podría decir que compartíamos teorías conspirativas y misterios del planeta tierra. Sus pláticas son demasiado interesantes, aparte de saber que es bueno en el billar, le gusta bailar si hay lluvia, no se come la lechuga de sus hamburguesas y en lugar de ketchup en las papas le echa salsa picante.

Me siento mal por haberlo engañado, el es un buen muchacho, y aunque los sentimientos no estuvieran en ningúno de los dos, es un hombre maravilloso que no merece eso.

Antonio sonríe de lado y comienza a reír de la nada, me toma de la mano y me mira en silencio.

Siempre he creído que su mirada es muy persuasiva, fuerte y hasta siento que te lee la mente.

—Dani, lo nuestro nunca fue real, y los dos lo sabemos, en sí, tu padre y mi padre nos presentaron para que fuéramos novios —se da cuenta de mis nervios e incomodidad y suelta mi mano—. Creo que todo está dicho, y no hace falta que me des explicaciones, la verdad es que tenemos 3 meses de relación y hemos salido unas 5 veces juntos, y pues nunca hemos tenido intimidad —explica sin problemas.

Asiento como 6 veces sin decir nada.

—Tranquila, fue todo —rie disfrutando de mi sufrimiento en mi cara y expresiones corporales.

—De acuerdo —suelto en un gran suspiro — perdon, Antonio, en serio perdoname por haber traicionado tu confianza de esa manera, no sabes lo terrible que eso me hace sentir —me sincero.

—Disculpa aceptada, Me voy, cuídate... Me saludas a Poche —su voz cambia y mis ojos se abren grandes.

Va desapareciendo de mi vista poco a poco, miro la hora y son las 8:03.

Entro a la academia con pasó rápido, y cuando entro al salón Renata es la primera en notar mi presencia.

Se acerca y me dice:—Te vi hablando con Antonio —su mirada expresa tranquilidad pero sé que quiere algo.

Asiento y le digo:— Si, de hecho me termino —Finalizo la conversación y voy y dejo mi bolsa a una de las bancas.

Cuando volteo ella está atrás de mi.

—¿Tus padres tampoco aceptan a un hombre? —dice sarcásticamente pero algo graciosa.

Espera a que me suelte a carcajadas junto con ella pero mi rostro ahora parece estar neutral.

—No es momento para bromas Renata

Cuando paso lo de poche, Renata me regaño porque no limpie y a causa de eso poche se cayó. Después de eso hablamos y estábamos bien

Su expresión cambia por completo y yo alzó una ceja un poco molesta.

—Lo lamento, solo quería que sonrieras —aclara.

Antes de que le conteste algo a Renata, miro de reojo entrar a alguien, volteo y la miro, es poche.

Pensé que tendría más días para descansar y que hoy nos daría Elena.

Ella ve a todas y sonríe como siempre, todas se emocionan y se le acercan. Se ve tan hermosa, viene con un vestido de Adidas, no es ni muy corto, ni muy largo. Le queda perfecto, ella es perfecta. Cuando la estoy viendo ella  me mira y yo quito la mirada rápidamente, me hace sentir aún más mal por haberle echo eso.

Una chica que viene con ella la mira sonriente y saluda a las demás diciendo su nombre: Alexia

Claro, la chica que contesto su celular.

Con Solo Un Baile Donde viven las historias. Descúbrelo ahora