30. Declaración: La activa

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Contenido fuerte y demasiado explícito, si tienes menos de 15 años, cariño: What are u doing here?.
A l@s demás, estrellita si:
-Te relames los labios por lo menos una vez.
-Me amas por escribir esto.

Disfruten.
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Poche.

Las manos de Daniela se pasan por todo mi cuerpo y rosa sus dedos en mi abdomen contemplándolo, mi cuerpo no había sentido esa sensación de deseo jamás. Me acuesta en la cama y sube mi vestido para después quitarlo.

Me mira como arte, como si yo fuera la creación más bella que ella pueda ver, sus manos se pasan con pequeños roces por todo mi cuerpo.

Mi respiración es tranquila, pero tiemblo como Chihuahua. Ella ríe y toma mi rostro con sus manos.

—¿Segura?  —acaricia mi mejilla.

Puedo ver en sus ojos algo profundo al mirarme, una sensación de excitación más fuerte me recorre el cuerpo, un hormigueo nunca jamás recorrido por toda mi parte baja.

—Si, si quiero —Siento arder mi rostro y ella me besa.

El beso pide y pide más, su cuerpo ya esta arriba de mi y no deja de acariciar mi cintura, baja sus besos a mi cuello. Cierro los ojos y disfruto el toque de su lengua húmeda con mi piel, baja a mis pechos y quita con facilidad mi brasier. Comienza a besarlos y yo califico su trabajo con pequeños gemidos que salen de mi boca sin permiso, lo que hace que ella lo haga con más intensidad.

Acaricia desde mi cuello hasta mi abdomen bajo con su lengua y no dejo de retorcerme del placer. La almohada ya esta desfigurada de lo que la aprieto para no hacer tanto ruido.

Dani mira mis piernas y relame sus labios con gran excitación. Su rostro cambia completamente cuando baja mi ropa interior y pasa sus dedos, esta extasiada por probarme, por darme placer. Sus ojos se vuelven más profundos y me hace ver que necesita de mi.

—Me muero por hacerlo  —Dice mientras se acerca a besarme.

Un escalofrío me recorre y trago duro para asimilar lo que sucediendo.
Es algo totalmente nuevo para mi, y la primera vez que tenemos algo tan íntimo.

Acomoda mis piernas en sus hombros y comienza a lamer y besar mi entre pierna, lo cual hace con rapidez y agilidad, aprieta mis muslos con sus manos y siento su respiración golpear mi zona.

Cuando por fin su lengua mojada reclama comer, tomo su cabeza y la acerco con necesidad, ella ríe perversa y rosa mi clitoris, tan rico que es necesaria morderme los labios o ponerme una almohada en la cara, la miro y está concentrada, y una que otra vez me mira para disfrutar los mil gestos y ruiditos que provoca.

Después de volverme loca con su lengua y cuando estoy a punto de retorcerme, sus dedos toman protagonismo en la escena y los mete con facilidad, me retuerzo y mi cabeza se hace así atrás para abrir mi boca y relamerme los labios.

Estoy disfrutando tanto, pero algo me llama más que eso, y es hacerla disfrutar así como ella lo está haciendo conmigo, mirar como se retuerce y como se las ingenia para no gemir.

Cuando intento quitarme para decirle que yo quiero hacerlo con ella, hace un movimiento que hace que gima sin poder detener el sonido.

Me pongo totalmente roja y ella me mira.

—Quiero que hagas eso de nuevo —Me pide con necesidad—. No me interesa quien te escuché.

Comienza de nuevo a comerme pero con más intensidad y empiezo a gemir un poco más fuerte que como lo hacía debajo de la almohada. No iba a gritar como lo hice cuando me tomo desprevenida.

Con Solo Un Baile Donde viven las historias. Descúbrelo ahora