ICU

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Seúl, Corea
Octubre, 23



Sin decir nada, guardé el último libro en el librero que estaba frente a mí.
No había tenido trabajo que hacer desde la revista Arena. Me habían llegado muchos contratos pero no me sentía listo para ellos, usé este tiempo para estar cerca de las personas que tanto me apoyaban, este octubre tomé la iniciativa de ponerme en contacto con ellas por medio de una aplicación que me permitía hablar con ellas tal y como si hablara por teléfono aunque ellas contestaban por pequeños mensajes.
Todo este octubre me la había pasado con ellas al menos llamandolas dos veces al día, y si tenía más tiempo lo hacía unas tres veces.
Hablaba de mi rutina, lo que me gustaba hacer, a dónde iba, me sentía muy libre con ellas pero también fue necesario poner un fin a eso. Y hace un par de días lo hice, fueron buenos momentos pero ahora estoy centrado en qué quiero terminar con un proyecto en mano antes de que finalice el año.

Ahora estaba aquí, terminando de acomodar los libros de mi librero y entré ellos buscar los guiones de trabajo que antes he llevado a cabo. Me sentía confundido con qué papel debía tomar ahora.

Todo quedó en orden, mi vista no se despegó del libro último que sobresalía entre todos los lomos. El de color azul, lo había finalizado dos veces pero entre más leía, más descubría de ella, de la escritora.
De alguien que no iba a conocer ni tener porque no sabía absolutamente cómo llegó este libro a mí.
Después de todo Gun Sama tenía razón, había actuado así porque mi corazón estaba vacío en esa parte y buscaba a toda costa sentirse lleno con un amor tan puro como el que describía en la historia. Lo mismo que me había sucedido en los trabajos que tuve.

Dejar el libro ahí fue dejar una parte de mí también, una parte llena de ilusión al sentir que vivía la historia. Si solo tuviera la oportunidad de ver a quien hizo esto, lucharía por conocerla más.

Mi casa estaba limpia. Le di una última mirada y salí, hoy vendría mi madre y no quería que me dijera lo que acostumbra.



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             —¿Estos son todos los guiones que hay disponibles? —. Pregunté al ver unos cuantos documentos en el escritorio.

—La mayoría son para el año entrante.

—Hana, yo quiero trabajar ya. Si es posible mañana mismo —. Me queje.

Hana había sido mi consejera en esta parte de mi carrera como actor. Ella se encargaba de que los guiones más aceptables para mi persona, llegaran a mí.

—Quizá puedas apoyarte en tu carrera como cantante antes de que termine el año.

—No estoy listo para cantar.

—Oh, por cierto, mira, solo estas dos series quieren empezar antes de que el año termine. Uno es basado en un libro extranjero y otro no más de 8 capítulos.

FRAGILE LIKE SNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora