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La noche llegó, Keun Suk taradeaba canciones, canciones que quería recordar toda mi vida.
En sus ojos estaban las estrellas que alumbraron mi camino, y seguirán alumbrando hasta el último día.
Keun Suk tomó mi mano aún manejando, estábamos llegando a uno de los lugares favoritos de él.
Esta noche no quería recordar nada, quería olvidarme de lo que estaba a punto de suceder.
Mi madre tenía un sueño y ese era el de ayudar a las personas que padecieran lo mismo, no quería que su hija pasara por lo mismo y aunque no puedo evitarlo, había mucho que yo podía hacer.
Y a lo mejor con suerte, en algún día no muy lejano esos mismos tratamientos funcionen para mí.
Las horas y los minutos se acortaron haciéndonos llegar a su lugar favorito. Suspiré mientras él estacionaba su camioneta.
—¡Bienvenida a Busan!
Sin importar si él me decía que debía de bajar ya, lo hice.
La brisa, el viento golpeando mi rostro era lo que significaba la vida cuando estaba a lado de quién comenzó siendo un sueño.
Nunca imaginé como las cosas podían cambiar con solo haber escrito un libro agradeciéndole todo lo que había hecho por mí, nunca imaginé que el mismo libro me trajera a lo que siempre busqué y nunca lo supe.
Keun Suk paró a mi lado viendo frente a nosotros el mar, no había mucha gente, no había de que preocuparse así que sin titubear tomó mi mano y comenzó a caminar conmigo.
"Keun Suk, ¿te he dicho acaso lo mucho que te amo? Creo aún no lo has escuchado"
Sin dejar de sonreír caminamos hasta donde las primeras olas del mar llegaban, si tan solo pudiera pasar toda la eternidad aquí, si tan solo pudiera sostener su mano así un momento más, no me quedaría duda que todo en la vida tiene un sacrificio.
Esta noche, donde solo las olas del mar y la luna sobre nosotros son testigos de la despedida que le daré a Keun Suk puedo decir que también es la bienvenida a una nueva vida.
"Keun Suk, incluso si mañana no amanezco a tu lado quiero que encuentres la estrella que se quede a tu lado, para siempre"
—Quítate los zapatos —. Ordenó casi al estar frente a las olas del mar.
Le sonreí amistosa al mismo tiempo que juntos nos quitabamos los zapatos y los abrigos.
Keun Suk extendió su mano hasta a mí, sin decir nada la tomé.
En un murmuro contó hasta tres para después hacerme correr con él hasta el agua.
—¡Keun Suk! —Grité excesivamente.
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FRAGILE LIKE SNOW
RomanceEmpezaba a nevar, los copos de nieve se derritieron en sus mejillas, para mí al caer lucían como sus verdaderas lágrimas, estaba seguro que mi confesión de amor por ella desvaneceria nuestra amistad. Sin embargo una vez que sostuve sus manos frías m...