LIKE A MOVIE

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Keun Suk me jalaba sin parar, los zapatos altos que traía iban a hacerme caer, la gente nos miraba, unos reían otros solo de nos quedaban viendo

-¡Espera Keun Suk, ¿A dónde vamos?!

-A cambiar ese vestido

-¡¿Qué?!

Dicho eso, me hizo caminar más rápido hasta que llegamos a una habitación sola, era enorme con arreglos florales.

-¿Qué hacemos aquí?

-Ya te dije, vamos a cambiar ese vestido

-¡Tonterías! -. Quise evadirlo pero al momento me tomó del brazo nuevamente haciendo retroceder -. ¿Qué te pasa?

-¡Toma siento ahí y no digas nada!

Por primera vez lo veía molesto. No hice nada más que obedecer.
En ese momento entró una mujer con más arreglos florales, quien solo se digno a mirarnos.

La gente podría pensar mal.

-Señorita, ¿Podría traerme un estuche de maquillaje? -. Pidió él.

Mis ojos se abrieron sorpresivamente. ¿Qué pretendía?

La mujer asintió y salió, Keun Suk danzaba por el salón buscando algo pero al darse por vencido solo me miró, queriendo encontrar todas mis fallas.

La mujer llegó al instante con el estuche, Keun Suk sonrió.
Cuando la mujer salió, él de acercó a mí, puso todo sobre una mesa central, yo no sabía como responder a eso.

Keun Suk acomodó las brochas casi por tamaños, abrió los polvos y después, se hincó ante mí.

-Por favor no te muevas -. Casi suplicó.

-No es necesario, puedo ir a casa a cambiarme.

-¡Por favor Melody, déjame hacer esto a mí!

Sus pequeños ojos rasgados me miraron, desvíe la mirada para calmar el mar interior, intenté relajarme cerrando los ojos.
Era su turno.

La suavidad de las brochas pasó por mi piel, una tras otra, los colores se combinaban sin que yo lo viera, los segundos pasaron haciéndome sentir tranquila, Keun Suk no parecía detenerse y mis ojos no podían seguir cerrados.

Paso a paso los abrí, la sonrisa de Keun Suk me hizo sonreír a mí, disfrutaba tomar una brocha tras otra, su habilidad para maquillarme era algo que nunca hubiera imaginado en él, las brochas terminaron de hacer su trabajo, después fue el turno del delineador, Keun Suk seguía de rodillas ayudándome a cumplir este sueño realidad, me pidió cerrar los ojos para ayudarme con las sombras, sus dedos también tocaron mi piel como si difuminara el color al que le quería dar vida.

FRAGILE LIKE SNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora