Empezaba a nevar, los copos de nieve se derritieron en sus mejillas, para mí al caer lucían como sus verdaderas lágrimas, estaba seguro que mi confesión de amor por ella desvaneceria nuestra amistad.
Sin embargo una vez que sostuve sus manos frías m...
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Me había terminado de bañar, estaba acomodando la venda alrededor de mi tobillo. Al menos no estaba tan mal, podía moverme, sentarme, caminar por un rato sin que nadie se diera cuenta.
La puerta de mi habitación estaba media abierta, Samantha pasaba de un lado a otro, se estaba cambiando para el día que empezaba.
En ese momento llegó David, el cual se supone había salido desde temprano.
—Melody, ¿Estás...lista? —. Preguntó entrando viendo lo que hacía —. ¿Qué te pasó?
—Pensé que ya te habías ido.
—¿Qué te pasó? Ayer no tenías nada, ¿Saliste otra vez?
—¿Y es lo primero que se te viene a la mente? No David, no salí ayer. Hoy solo amanecí así, se me debió enfriar el tobillo en la noche.
—Te llevaré al doctor.
—No es nada, es un enfriamiento.
Él me miró dudoso, me levanté de mi lugar y caminé fuera de la habitación. Había mentido y por primera vez, lo había hecho bien.
—Vamos, se hace tarde
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JANGKEUNSUK
La mañana había llegado como una más, el libro sobre el buró con el separador casi al final, no sé cuántas veces lo había leído ya, no sé cuántas veces mis sentidos se habían pedido por el libro cuando lo tuve guardado en el librero
No lo entendí pero de una u otra manera mis sentidos seguían en este libro queriendo encontrarla, queriendo saber quién se atrevió a escribirlo y después mandármelo.
Esas siglas eran clave, su nombre empezaba con M, estoy seguro, la tercera vez de haber leído el libro también lo estudié. Ella tenía clara consciencia mientras lo escribía, ella era escritora. Era la única idea que se me venía a la cabeza al momento de observar los escritos.
Su firma en pequeño, ella no quería ser descubierta. Había pistas de ella, había pistas de que alguien como Melody fuera la escritora.
Una vez más, ¿Por qué Melody? Sonreí al recordarla, Melody me gustaba como una buena amiga, me gustaba su seriedad, su poca preocupación por su forma de vestir, Melody era real, Melody me hacía sonreír y físicamente, simplemente era lo que era. Ni más ni menos.
Tantas noches conviviendo con ella que me hacían actuar como el mismísimo Hwan Tae Kyung queriendo descubrir que había en ella.
Melody y Samantha, tan diferentes, Samantha es la versión que a todos nos hacen creer de ese mundo opuesto y Melody es la parte oscura que todos voltean a ver pero pocos la observan.
