Empezaba a nevar, los copos de nieve se derritieron en sus mejillas, para mí al caer lucían como sus verdaderas lágrimas, estaba seguro que mi confesión de amor por ella desvaneceria nuestra amistad.
Sin embargo una vez que sostuve sus manos frías m...
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DAVID
—¡Melody, ¿Ya estás lista?! —. Grité después de que ya se había tardado mucho.
¿Acaso esa niña tonta estaba esperando a que la vistiera?
Ella no contestó, caminé de un lado a otro sin saber si ir a tocar a su habitación o esperar un poco más. Se había demorado lo suficiente como para ponerme de malas.
Había pasado apenas una noche de que había discutido con ella, estaba harto de ver qué mientras yo no estaba ella la podría pasar bien con el tipo ese de ojos rasgados, ¿Qué tenía él que yo no tenía, que le había visto Melody para que me pusiera a mí detrás se él?
Hoy que había decidido recompensar todo de una manera diferente... Ella no aparecía. Hace más de treinta minutos la había visto diciéndole que la llevaría a cenar porque tenía que disculparme con ella.
Todo estaba preparado en el lugar que había reservado aquí, Corea era un lugar hermoso así que sin perder más tiempo busqué el mejor lugar para decirle todo lo que estaba pensando.
Ni Keun Suk ni Samantha se iban a meter más aquí, esta noche solo sería de Melody y mía. Nadie mas. Está noche Melody sabría que es cierto, Gustar no es querer y es que la verdad es que todo en mi corazón tuvo sentido el día en que ella sonrió. La quiero, quiero a Melody para mí.
—¡Melody! —. Volví a gritar. Está vez sin paciencia yendo a su habitación —. Melody, vamos, ¿Que te sucede? Sigues molesta, ¿Verdad?
Nuevamente ella no contestó, no esperé ni un segundo más y abrí la puerta.
—¡Melody, ¿Qué te...—. mis palabras fueron cortadas por la ausencia de Melody.
Ella no estaba, seguí hasta el baño, estaba abierta la puerta.
La sangre me hirvio en el momento en que vi la ventana abierta.
¡Te odio Jang Keun Suk! Fue todo lo que pensé saliendo a dónde sea que ella estuviera.
MELODY
La tarde fría era todo lo que había experimentado hoy desde que salí de casa, estiraba mi suéter procurando que las mangas también cubrieran mis manos, no sé cuánto llevaba caminando, solo sé que no estaba muy lejos de donde me habían citado.
Había pasado alrededor de 20 minutos cuando ese mensaje llegó.
Melody
Tengo que hablar contigo, es hora de qué sepas todo lo que has ocasionado por si aún no eres consciente del daño.
Alejandro
Iba de salida cuando preferí detenerme y pensar un poco más en mis decisiones, las palabras de mi padre vinieron a mi cabeza tan pronto como Alejandro mando ese mensaje, después la discusión que tuvimos cuando me tomó del brazo alejando lo mismo que decía este mensaje.
