12🍼

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Habían acabado de salir de clases y se encontraban ambos en el mismo pasillo de antes. Mi pequeño había tardado mas de lo normal, así que pregunte el porque.

-Me quede haciendo un trabajo de matemáticas con otro niño, papi

-¿en serio?

-sip

-¿entonces no necesito preocuparme?

-nop

me acerque a mi niño y le entregue un peluche para que jugara. Lo agarro como si fuera algún tipo de regalo que nunca había visto. Lo cargue mientras el seguía jugando y balbuceando palabras sin sentido, minutos después llegamos al campus. Segundos antes de llegar lo había dejado que caminara para que sus piernas no le dolieran por estar cargandolo tanto tiempo.

-Pequeño, necesito decirte que alguien vendrá hoy- abro la puerta y dejo que mi niño aún jugando entre.

-¿Quién, papi?- se metió el dedo a la boca y alzó su brazo para que lo cargará de nuevo.

—Un amigo que invite para cenar. Hace mucho que no lo veo o hablo con él, así que va venir— cargué a mi pequeño y lo lleve hasta la cocina donde lave su chupón y lo cambie por su dedo.

—¿Papi?— se recostó en mi hombro y se relajó

—¿Si, amor?

—¿Puedo dormir un ratito?—tallo su ojo izquierdo con su puño y succionó su chupón una y otra vez.

—¿Cuánto durará ese ratito?

—Mmm, toda la tarde

—¿No tienes mucha tarea verdad?

—No, papi. La hice en mi tiempo libre

—Entonces no veo porque no. Antes de que te duermas necesito cambiarte y ponerte un pañal, bebito.— su respuesta fueron unos quejidos

Llegaron hasta el cuarto de Max y lo recostó en su cama. Dylan extendió sus piernas al igual que sus brazos, solo que estaba abrazando uno de sus peluches en un brazo que seguía doblado sosteniéndolo y apretujandolo contra su pecho que bajaba y subía de acuerdo a su respiración calmada.

Su papi saco una pijama no tan abrigada para que su bebé no pasará calor y un pañal, incluyendo todo lo que lleva cambiarlo.

Después de unos minutos de dejarlo listo para dormir. Lo recostó entre las sábanas y le dio un beso en la frente antes de irse a hacer cualquier otra cosa.

Realizó algunas tareas que le habían encargado, limpio un poco el lugar y checo si su bebé estaba bien cada media hora.

Faltaban algunas cosas más por hacer pero unos sollozos que venían de la habitación lo alarmaron.

Abrió el cuarto y se encontró con su pequeño llorando y sudando como si acabara de tener una pesadilla.

—¿Qué pasa, bebé?— lo cargo entre sus brazos y dejo que sus piernas descansarán en las suyas.

—papi, pesadilla— escondió su cara en la sudadera que llevaba el mayor y siguió llorando un rato más mientras que le hacían mimos.

—¿Ya estás mejor?— con un puchero asintió el menor y abrazo a su papi, —¿Quieres contarme de que fue tu sueño?

Su dulce niño lo volteó a ver y negó

—Sera en otra ocasión entonces.

—papi, ¿Tu amigo pronto va a venir?— pregunto emocionado el menor como si se acabara de acordar.

—Faltan cuatro horas para que venga, quieres vestirte bonito para papi y ayudarme con algunas cosas?

—Si, papi— se dio media vuelta pero una mano lo regreso.

Su papi metió una mano por el pañal y en vez de dejarlo irse a cambiarse lo cargo de nuevo y comenzó a buscar las cosas para otro cambio.

—¿Papi? ¿Por qué sacas todas estas cosas?

—porque cuando te des un baño y salgas te pondré un pañalito y después te vestiras muy bonito como el buen niño que eres.

—pero papi, yo no necesito otro pañal ahora— comenzó a patalear un poco pero no lo suficiente como para molestar al mayor

—Vamos a probar ponertelos cuando no duermes. Hagamos un trato ¿Si?

—¿Qué trato?

—Hoy cuando venga mi amigo usarás un pañal. No necesitas ir al baño o pedir permiso, solo tienes que decirme si necesitas un cambio. Si no te gusta usarlo entonces solo te lo pondré cuando vayas a dormir ¿Si, pequeño?

—Mmm, ¿Y que gano yo sí no me gusta?

—Si no te gusta te llevaré al parque a jugar por varias horas

—Esta bien papi

—Muy bien, ahora ve a bañarte pequeño, yo ya te alcanzo

Una oportunidad másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora