Dylan ya estaba casi dentro de la bañera cuando alguien lo toma por debajo de sus brazos y lo alza con cuidado, después lo mete dentro del agua que estaba tibia y que pronto se enfriaría si no se daba prisa. Su papi lo comenzó a limpiar tranquilamente mientras con delicadeza le acariciaba el cabello.
un repentino cambio de humor muy notorio en el rostro del menor hizo que el mayor dejara de hacer lo que hacía, se estaba preocupando por su niño y las dudas llegaron como meteoritos sin una razón para caer. Había mas preguntas que respuestas, y mas miedo que tranquilidad.
-¿Estas bien? ¿Quieres que te deje aquí para que lo hagas tu? Puedes decirme lo que quieras bebé.
-¿Eh? oh, no, papi, solo estaba pensando en....algo- se distrajo y casi su papi jura que empezó a jugar con el agua y burbujas solo para evitar una respuesta decente a la pregunta que acababa de haber hecho.
-Algo no esta bien pequeñín, y tu lo sabes ¿Por qué no me dices en lo que piensas?- volvió a acariciar el cabello del menor haciendo que este cerrara los ojos para despejarse de todo.
-No es algo malo, solo estaba pensando en tu amigo
-¿En que piensas sobre él?- se acerco aun mas a su niño y le dio un beso en la frente.
-Tal vez pueda jugar con él o contarle sobre mis nuevos peluches o le puedo decir lo bien que me cuidas y me quieres, y el helado que me compraste ¿Qué mas podría decirle?- respondió hablando casi demasiado rápido para el entendimiento de su querido papi, que por suerte había puesto toda su atención al menor.
-Puedes contarle lo que quieras cuando él este aquí bebito, pero por ahora tienes que bañarte y ayudarme con la mesa.
-si!- se abalanzó hacia su papi y se quedo pegado a él, después de todo ya habían acabado ahí.
Lo cargo haciendo que su ropa también se mojara pero eso no le importo, se podía sentir como su niño temblaba, pero no duro mucho, pues ya había llegado a la habitación donde lo pudo envolver en una toalla y recostarlo.
A un lado tenía ya lista la ropa que le pondría y el pañal con las demás cosas necesarias. No tardo mucho en ponerle todo. Se había portado bien y estaba tranquilo.
-¿Mi príncipe me ayudara con la mesa?- se inclino y puso la mano frente a el otro que seguía en la cama sentado.
Agarro la mano que tenía en frente y salió de la habitación agarrándola aun. Llegaron hasta la cocina y comenzaron a arreglar todo haciendo bromas y preguntas sobre sus días. Terminaron mas pronto de lo planeado así que ambos se pusieron a ver películas favoritas del menor y algunas cuantas del mayor.
El menor aún no se sentía incómodo con el pañal que llevaba, Sele veía feliz y cómodo.
Minutos después alguien toco la puerta tres veces esperando que alguien le abriera o al menos una respuesta. Para este punto del día ya era la siesta del pequeño, se quedo dormido mirando las películas diez minutos antes de que el invitado tocara.
Max lo llevaba cargando pues lo había arrullado ya que no se quería dormir y si no lo hacía se pondría de mal humor y esto no lo quería su papi.
-Hola- saludo a su amigo viendo a Dylan estando acostado en el hombro del contrario.
-Hola, adelante pasa.- se saludaron haciendo un saludo de manos complejo y algo innecesario que se habían aprendido hacia ya varios años atrás.
-¿No había camas disponibles?- bromeó.
-Es algo complicado, en realidad.
-Descuida.
Ambos se sentaron y Max tuvo que explicar todo lo sucedido mientras aun tenía dormido entre brazos al bebé. No le contó todo con detalles, mas bien, la historia corta y sin complicaciones innecesarias para el transcurso de lo ocurrido. Su amigo lo tomo con calma y lo comprendió casi al instante.
-Bien, ya entiendo todo.- lo observo por unos momentos al pequeño y su expresión cambio a una de comprensión para su amigo y al que seguía durmiendo.
-¿Te gustaría cargarlo?
-¿Quién? ¿yo? No, esta bien, el chico te conoce mejor que a mi.
-Antes de que se durmiera estaba muy emocionado por verte aunque no te conociera, estoy seguro de que le gustara verte si se despierta.
suspiro y extendió los brazos para cargarlo como bebé.- Esta bien, lo intentare.
Lo tomo en brazos y una rápida mirada de cariño se formo en su rostro, aunque a primera vista parezca un chico rudo, cabello negro, alto y con un buen sentido de la moda, no era así en realidad, se derretía al primer gesto adorable o tierno y esta no era la excepción.
[× A todos los que leen mi historia, primero que nada, muchísimas gracias y segundo, les quería hacer una pregunta: ¿Quieren que involucre aún más en la vida de los dos al amigo? y si es así, díganme como quieren que lo haga. ¡Los amo! ¡Cuídense! ×]
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Una oportunidad más
CasualeDylan es un chico de 17 años que vive solo en el campus, pero pronto llega alguien para hacerle compañía y cuidarlo.