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PEYTON:

Salía del apartamento de Max cuando una sonrisa se formo en sus labios al recordar los años que tuvieron como amistad.

Esos pensamientos realmente siempre le alegraban el día, aunque fuera uno pésimo.

Necesitaba volver a ver al menor al igual que a su amigo. Se sentía tan bien estando con ellos dos que era especial volver a sentir la misma sensación que cuando estaba con alguien a quien amaba demasiado.

Ya había comprendido sus sentimientos desde hace ya varios meses al no quitarse de la cabeza a su mejor amigo, y al único que seguía teniendo como uno muy bueno. Podía decir todo lo que quisiera sobre tener bastantes amigos y personas a su lado, pero ninguno se le comparaba con Max.

Con él si podía ser quién era y disfrutar los cinco minutos que podían hablar en un día o las horas de la madrugada que se hablaban para saber de sus vidas no tan seguido.

Era una desición difícil de tomar, no sabía si declararse ante su mejor amigo o no hacerlo por el miedo de ser rechazado.

De verdad quería cuidar de Dylan por mucho más tiempo y jugar con él y mimarlo como Max, pero no quería hacerlo solo. Como si fueran una familia.

Esos pensamientos se sentían tan lejanos de vivir. No quería que fuera solo una ilusión o su imaginación engañando a sus sentimientos.

La verdad es que estuvo esperando por eso durante tanto tiempo que ya no aguantaba el hacerlo.

Sacó valentía de algún lugar en ese mismo momento y comenzó a pensar en como se lo diría. No era cualquier cosa o un juego que quisiera hacer para usar a su mejor amigo de hace mucho.

Si se equivocaba y no era correspondido entonces todo habría sido en vano. Todo se iría a la basura y eso no podía soportarlo, eso era lo que lo llevaba de nuevo a la cobardía.

Paso días pensando en como decirle. Y encontró una manera única y encantadora a su parecer.

Siempre le habían encantado las flores, entonces, ¿Por qué no hacerlo con flores?

Seguramente a Max también le encantaría.

Encontró las rosas más bonitas, pero eso no fue suficiente, no le bastó con darle un ramo de flores.

Lo siguiente que hizo fue hacer un sobre con flores secas pegadas en él y una carta que dijera sus sentimientos.

No le gusto para nada el resultado, entonces ahí fue cuando lo decidió. Sería algo rápido, en vez de decir que no y dar miles de explicaciones o pasar tanta vergüenza. Decidió que Max sencillamente escogería enteré un no y un si.

Consiguió las flores perfectas y se dirigió a el piso de Max, poniendo como excusa que quería comer con ambos chicos. Aunque eso era verdad, no había desayunado de los nervios entonces tenía mucha hambre.

Cuando ya estuvo ahí, decidió hacerlo y cumplir con lo que siempre quiso hacer. Quería ser el novio de Max y cuidar de Dylan. Eso no le daba problemas en nada.

Sería más que feliz con un pequeño en casa y un novio tan lindo como lo era Max.

Él solo tenía que escoger la flor roja. Eso era todo.

–Elige el rojo– susurró antes de tocar la puerta para pasar.

Una oportunidad másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora