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Pase horas hablando con Dylan, parecía un buen chico. Me habló de cómo se estresaba demasiado cuando tenía demasiada tarea o cosas que hacer, lo había notado al entrar a su cuarto en la mañana.

Después de esa plática larga fuimos a dormir, fue una noche difícil, no había dormido casi nada. Estaba en un lugar diferente y dormir era complicado, además, pensar en lo que habíamos hablado y lo que había ocurrido en mi habitación, no me dejó pegar un ojo al menos.

Las siete de la mañana se notaban al ver cómo el amanecer se veía a través de la ventana. Un ruido se escuchó desde la habitación de Dylan y me levanté de golpe esperando que no se haya lastimado o algo parecido. Corrí hasta su habitación y me encontré con él en el suelo. Sus piernas estaban dobladas y las abrazaba, su cabeza se encontraba escondida entre ellas. Me acerque lentamente, no sabía lo que estaba pasando.

—¿Qué haces en el suelo?

—perdón...—susurro Dylan demasiado bajo, pero audible.

—¿Perdón? ¿Por qué pides perdón?— se sentó a un lado de Dylan excepto que sus piernas estaban estiradas y su cabeza recargada en el colchón que tenía atrás de él.

—¿No estás molesto...?

—¿Por qué lo estaría?¿Tú estás bien? Escuché un ruido que provenía de aquí.

—si, estoy bien, solo tropecé.

—Me alegra escuchar que no te lastimaste, pero ten más cuidado, y respecto a la pregunta que si estoy molesto...¿Por qué lo estaría?

—no lo sé— apoyo el mentón en sus rodillas y pensó por un momento, después volteó a verlo a los ojos y explico— por despertarte...deberías de estar molesto ahora, no entiendo cómo no lo estás.

—no te preocupes, yo ya estaba despierto, además, no podía dormir.

—¿y...a ti no te molesta que haga ruido o pregunté demasiadas cosas y hable mucho?— se quedó algunos segundos mirando a Max a los ojos, esperando a que contestará que no le molestaba nada de eso.

—Nunca me molestaría contigo por hacer eso, puedes hacerlo cuando tú quieras.

— ¿D-de verdad?

— de verdad, nunca me molestaría — Max se acercó y sin dudarlo lo abrazo.

—Max...

—¿Si?— se separó lentamente para observar el rostro de Dylan.

—otra vez sucedió...— un color rosita se pinto en sus mejillas.

—¿Qué sucedió?

—otro accidente...

—¿Y que quieres hacer ahora?

—quiero solucionarlo, no quiero seguir teniendo accidentes.

— Leí que aveces es causado por estrés, y pienso que tú te estresas mucho todo el tiempo.

—¿y...qué podría hacer para evitarlo?

—dejar de sentirte estresado y relajarte problablemente, ¿Y si tuvieras vacaciones hasta que tu estrés se vaya al igual que tú problema?

—no creo que sea posible, creo que solo empeoraría mi estrés...pensar en que todos avanzan en las clases y que yo tendré que reponer todo después para no reprobar, no quiero tener más cargas de las que no podría soportar.

—Creo que hay otra solución, pero no creo que te guste demasiado.

—¿Cuál es esa solución?

—tal vez no sería agradable, pero podrías usar...pañales.

—¿Pañales?

—sé que no te vas a sentir tan cómodo, pero si no se puede la primera opción, la segunda hay que darle una oportunidad.

—pero...¿Pañales?

—si, pañales. Así no tendríamos que seguir limpiando sábanas. ¿Qué opinas?

Una oportunidad másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora