-¿Miedo? ¿A qué?
-A que me molesten y tú ya no estés.
-¿Molesten? ¿Te siguen acosando los mismos niños?
-No, ya no.
-Dylan.
-Ya no tanto.
-¿Qué es lo que te dicen?
-Que me van a golpear en cuanto me vean.
-¿Sigues teniendo problemas con ellos y no me lo dijiste? ¿Qué te dije la vez pasada sobre no guardar secretos?
-Pensé que no era para tanto.
-¿Y qué te hizo pensar que no lo era?- comenzó a sollozar de nuevo, y se sintió mal, porque ese no era el propósito de nada.
-Ellos me grabaron.- comenzó a llorar.
-¿Qué?
-Y me dijeron que se lo enseñarían a todos si los acusaba con alguien de nuevo.
-¿De qué es el vídeo?- el pequeño negó rápidamente.-¿De qué era el vídeo?- volvió a preguntar.
-Robé algo que no debía robar, ellos me vieron y...-Salió corriendo al baño llorando cada vez más fuerte.
-No, espera, Dylan.- corrió tras de él pero cerró la puerta más rápido.- Escucha, lo solucionaremos ¿Si? No pasa nada.
-¡No es verdad! ¡Ahora me van a golpear y tú estás enojado!
-No, cariño, no estoy enojado contigo. Estoy enojado con ellos.
-¿Y si mientes?
-¿Por qué te mentiría? Vamos a solucionarlo, pero por favor no llores más.
-¡Tengo mucho miedo!- ignoró lo que dijo y siguió llorando.
-Lo sé, está bien, te entiendo ¿No quieres más abrazos y besos?- Se disminuyó el llanto.
-¿Y chocolate?
-Y chocolate.- sonrió mientras escuchaba como el seguro de la puerta era quitado, dejando ver a el menor empapado en lágrimas y espasmos del llanto.- Ven aquí, mi niño bonito.- extendió los brazos esperando un abrazo que fue correspondido.
-Chocolate.- le recordó.
-Te daré todo el chocolate que quieras.
Salieron de la habitación y fueron a la cocina para sacar de una de las alacenas una barra de chocolate abriéndola antes de dársela. También sacó un biberón y comenzó a prepararlo mientras que Dylan seguía en el hombro del más alto comiendo la barra de chocolate que esperó obtener desde que habían comprado cinco barras, se suponía que las obtendría cada que se portara muy bien, pero está ocasión era especial.
El mayor cambió el dulce por un biberón que llevaba leche con chocolate, un poco menos dulce, pues había solo puesto un poco de chocolate, para que supiera solo un poco, no quería que a el menor le diera dolor de estómago o se llenará de adrenalina.
Dylan aceptó gustoso el biberón primero. Se lo metió a la boca y cuando casi se estaba durmiendo su papi le pasó la barra de chocolate, que a penas mordió le regresó la energía por unos instantes.
Fue dejado sentado al rededor de algunos juguetes y la tele en un canal de caricaturas que le gustaban al pequeño. Ahora había olvidado por completo el incidente y había entrado más en su little space, parecía haber disminuido de edad demasiado rápido, pero eso no alertaba al mayor.
¿Debía de decirle a Peyton lo que había ocurrido? Quizá cuando llegara.
-Dylan ¿Puedes hacer tu tarea? Te prepararé un pastel si lo haces peque.
Dylan pensó un poco, Max se preocupó un poco, no sabía si su bebé podría hacerla en ese estado.
-Si, papi- dijo corriendo al cierto descalzo. Max le había dicho varias veces que no podía correr así por toda la casa o el departamento. Pero está vez no le importó porque no quería hacer llorar más a su pequeño bebito.
La puerta se abrió, Peyton había salido a buscar algunas hojas que no había terminado del trabajo hacia ya un rato ya era hora de que regresará para que se reunieran pronto con su amigo de la secundaria.
-¿Qué tal te fue?- preguntó Max abrazando a Peyton justo después de que entrara.
-Claro, amor ¿Pasó algo?- Max suspiró aún sin saber que decirle. -Hey, ¿el pequeño está bien, cierto?- preguntó.
NOTA: Disculpen el no actualizar desde hacía ya varios meses :(
Intentaré hacerlo más seguido, estuve teniendo unos asuntos, de todas formas perdón al que lee esto ๑๑
ESTÁS LEYENDO
Una oportunidad más
RandomDylan es un chico de 17 años que vive solo en el campus, pero pronto llega alguien para hacerle compañía y cuidarlo.