El destino los unió en medio de una temible guerra, sin embargo él pertenecía a un mundo y ella a otro, y el curso del tiempo los obligaba a ser rivales.
Pero entonces de entre las tinieblas y las ruinas surgió el más puro amor; él abrazó su dolor...
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Después de todo, termine por salir al jardín, donde los pájaros cantaban alegres y el sublime resplandor del sol acariciaba a cada una de las flores, cooperando para que su encanto fuera mayor. Las flores recibían con devoción el calor del sol, conformando una perfecta sintonía de luces y colores, y creando un contraste bellamente intenso con el vibrante azul celeste del cielo.
Todo estaba pintado de mágicos colores y la belleza mas conmovedora hacia del contexto el escenario perfecto para un cuento encantado. En aquel cuento encantado, una chica pensativa descasaba recostada sobre el refrescante césped que yacía humedecido por el roció matinal… esa chica era yo, y era mi cuerpo el que reposaba sobre el mullido colchón verde que la naturaleza me ofrecía generosamente. Desde aquella posición miraba el amanecer y escuchaba al viento soplar con una timidez que lo hacia tenue; entre la naturaleza y yo surgía una conexión tan magnifica que me hacia respirar pausada y libremente toda la pureza que yacía impregna en el aire, mientras con suavidad acariciaba las pequeñas margaritas que tenia a un costado... ellas eran tan frágiles y hermosas que me arrancaban suspiros melancólicos, pues yo me sentía en realidad igual de frágil, y a pesar de lo que intentaba pretender mi serenidad estaba desecha, sin que nada pudiera tranquilizar a mi conciencia atormentada.
Ni todo el encantador resplandecer de la naturaleza podia evitar que me lamentara en silencio, y tampoco el vivaz canturreo de los pájaros acallaba a las voces de mi subconsciente que me hacían perecer un enorme desconsuelo. Mi fe decaía ante tan intransigentes circunstancias, porque me sentía naufragando en un mar turbulento, donde por segundos la quietud llegaba y con ella la calma abundaba, pero no podia gozar durante mucho tiempo de ella, porque rápidamente otra violenta ola llegaba para derribarme. Así mismo podia describir mi encuentro con el teniente... el se habia llevado parte de mi triste pena, pero a cambio se habia instaurado en mi cabeza para persistir en cada uno de mis pensamientos.
¿Por qué todo debía ser así?. ¿Por qué habia encontrado en el enemigo una mano cálida que me sostenía fuertemente?. ¿Por qué sus palabras tenían el poder de abrazar mi alma?. Me estaba perdiendo y cayendo ante el, la realidad me era confusa y mi capacidad para distinguir entre el bien y el mal estaba por completo disgregada. Por mi mente recorrían pensamientos confusos, y estos me destruían cada que intentaba analizarlos a fondo; la imagen que habia idealizado, donde el solo era mi acérrimo enemigo, vagaba cada vez mas difusa en mi cabeza, y en lugar de ello cada que hablábamos lo sentía mas y mas cercano, las diferencias se esfumaban al contemplar sus ojos, y solo éramos dos espíritus libres, encontrándose en una realidad alterna a la guerra y a aquellas ideologías que nos dividían.
Me abrumaba la mordida sensación de pensar que de ser otras las circunstancias, o si solo no hubiese sido una guerra y una invasión tenaz las que lo habían traído a mi, bajo la forma de un rival, tal vez podríamos ser amigos cercanos... solo dos simples almas en sintonía sin que la culpa me infundiera pánico. Pero los hechos nos habían jugado en contra, y eso era bastante lamentable, mas aun por la forma en la que me hacia sentir… despertaba en mi una sensación indescriptible, logrando siempre mantenerme interesada en descubrir mas de el. Aquel hombre me habia atrapado con sus palabras, me capturo con su personalidad embriagante, y su formidable manera de pensar. No podia pretender ignorarlo y verlo como a un simple uniformado mas, porque para mi el era diferente. Era un alma noble y sencilla, y su espíritu, vivaz y melancólico al mismo tiempo, era tan cautivante que me incitaba a romper con toda objeción que buscara separarnos.
