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Narrador Omnisciente.

Completamente sola y devastada mientras lloraba en el suelo del pasillo que conducía a las respectivas habitaciones, todo era tan oscuro y borroso. Eran exactamente las 12:58 p.m para ser precisos y la peli rubia ni siquiera había podido conciliar el sueño en toda la semana.

Había faltado a sus clases con la falsa excusa de una enfermedad, lo menos qué quería era ver a alguien en esos momentos a pesar de haber tenido su cabello del color rosa al color rubio; durante aquélla semana había notado que él color de su cabello ya había perdido su tono volviéndolo uno oscuro y nada agradable, así qué había tenido su cabello para al menos tratar de buscar una manera de distracción de todas las emociones que podía sentir, era como un remolino destruyendo todo a su pasó.

La lluvia caía sobre el techo como si éste mismo fuera a caerse en cualquier momento mientras los truenos no tardaban en dar su llegada.

Era como si estuviera viviendo una de esas clichés películas románticas, solamente que está vez no creía qué el final fuera feliz.

Todo era tan tétrico, que lograba darle escalofríos.

Su celular, el cual estaba por algún sitio de el suelo, su pantalla estaba rota gracias a el impacto qué obtuvo contra la pared en el momento qué la rubia lo tiró contra está antes de desmoronarse en el suelo por aquellos mensajes de la persona que consideraba su mejor amiga le había enviado. Comenzó a sonar mientras vibraba haciendo qué la chica alzará un poco la cabeza volteando a verlo con sus ojos cristalizados, lo tomo en sus manos para lograr ver el contacto que decía Jisoo en la pantalla, era una llamada, la cuál colgó de manera inmediata haciendo que un montón de mensajes parecieran en la pantalla de bloqueó, de los cuales mayormente eran de Jungkook, Jennie y Kai. El restó sólo eran mensajes de preocupación de Jisoo.

Estaba a punto de volver a bloquear la pantalla cuando un mensaje apareció derrepente captando su atención. Era simple. Solamente decía "hey." Confundiendola un poco, aunque para ser sinceros, lo único que le importo de ese mensaje fue el número de contacto qué no se trataba nada más y nada menos de Lalisa Manoban.

No entendía porque le escribía a su celular, no lo había hecho desde hacía semanas ¿Porque ahora le importaría? Y a pesar de la hora eso no fue no le extrañó, porqué sabía sobre una fiesta que daría Park Jimin, uno de los chicos mas populares de todas la universidad donde nadie se la perdería. Y ella también había pensado en ir, y lo hubiera hecho de no ser porque allí estaría demasiada gente y no lidearia con ello.

A parte, esa persona que acababa de textearle estaría allí.

Pulso la barra de acción para poder responderle, pero a bajó de el contacto cambio de en línea a escribiendo. Su mirada se quedó fija en la pantalla mientras esperaba a la llegada del mensaje, olvidándose completamente de su llanto.

Lisa.
Se qué vistes él mensaje Rose. No me hace falta que respondas tampoco, abre la puerta.

La confusión la invadió a la rubia por un par de segundos. Texteo la respuesta en su celular y su dedo se acercó al botón de enviar observando la pantalla dudosa por su respuesta.

No esperó más antes de arrepentirse por haber respondido y presionó enviar sin más rodeos.

Rose.
¿A qué te refieres?

Las líneas azules qué marcaban el mensaje cómo visto dieron su aparición apenas fue enviado haciendo que el corazón de Rose se acelerara y arrepintiera de haber respondió.

Nuevamente, la contraria al otro lado de la pantalla del móvil escribió su respuesta.

Lisa.
Sólo abre la puerta de la entrada de tu casa, por favor.

EUPHORIA © #1 [✔️]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora