f o r t y f i v e

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EL MUÉRDAGO.

ESPECIAL DE NAVIDAD.

La nieve caiga del cielo adornando los árboles del bosque que las rodeaba, Rose jugaba con la nieve mientras que Lisa estaba adentro preparando dos tazas de chocolate caliente, ambas estaban solas, y aquel definitivamente era el mejor 24 de Diciembre que había vivido hasta la actualidad. Desde la ventana podía ver a su infantil prometida dar pequeños saltitos y jugar alegremente con la nieve que había en el suelo, vistiendo aquel precioso conjunto que Lisa le había regalado para no resfriarse por el frío exterior. Salió de la casa sosteniendo las dos tazas de porcelana con decoraciones navideñas, era chocolate caliente con deliciosos malvaviscos flotando encima, algo que haría entrar en calor a su hermosa prometida.

— Rose, cariño, es hora de entrar. — Aviso la pelinegra desde la ventana llamando la atención de la infantil chica, quien al ver las tazas que sostenía en sus manos corrio rápidamente hacia adentro como alma que se lleva el diablo, sostiene el olor a chocolate caliente recién preparado en sus fosas nasales. ¿Ya había dicho que amaba el chocolate caliente? Bueno, ahora lo dijo.

— ¡Chocolate! — Grito con emoción entrando a la cocina, la pelinegra quiso reír, sin embargo mordió su labio inferior en un vago intento de no reír, el cual terminó en una pequeña sonrisa.

Dejó ambas tazas con pequeñas decoraciones navideñas talladas en la porcelana y Rose, casi inmediatamente la tomó. Lisa se acercó a ella por detrás y con cuidado retiro su chaqueta, bufanda y guantes, dejándola solo con el suéter el cual tenía un muñeco de nieve bordado, su pantalón de licra negro, y las botas de piel que tenía puesta. Se veía tan hermosa a ojos de Lisa, solamente podía sonreír admirandola, observando fijamente sus facciones y analizando a fondo casa una de sus expresiones o acciones.

La amaba.

De eso no había ni siquiera la más mínima duda, ella estaba segura de eso y no había ni siquiera una pizca de duda ante aquello, y eso ella se había encargado de demostrárselo al pasar los días, aún cuando ella no estaba presente todo su corazón seguía teniendo tallado en grande el nombre de Roseanne, la única mujer que había llegado a el después de tantos años.

Hubiera deseado no haberla cagado con Jisoo antes, si no lo hubiera hecho, en este momento ambas estarían tranquilas, sin preocupación alguna de su alrededor, escuchando los latidos de la otra mientras se abrazaran y demostraran su amor.

Pero el hecho de que Jisoo aún estuviera suelta no significaba que ellas no pudieran disfrutar de la navidad juntas.

Acariciaba con suavidad su cabello, dándole pequeño mimos sobre el, llenándola de amor, amor el cual Jisoo quería tomar, o al menos eso pensaba ella.

Separó sus labios de la taza y Lisa pudo visualizar aquel pequeño bigote de chocolate que tenía su hermosa prometida, no pudo evitar soltar una pequeña carcajada antes de buscar una servilleta y limpiar con cuidado su labio superior borrando cualquier mancha que el chocolate hubiera dejado. Rose sonrió ante aquella acción hecha por su prometida, Lisa lograba ser realmente dulce cuando se lo proponía en serio, y ella amaba los cariños que solo ella podía darle.

— ¿Y Jennie podrá venir por navidad? — Pregunto con un poco de curiosidad ladeando levemente la cabeza.

— Ella estará con sus padres, así que no puede, sin embargo hay oficiales vigilando los alrededores del bosque para evitar alguna visita inesperada de Jisoo. — Rose sonrió levemente ante sus palabras.

— Ah si que... ¿Estaremos las dos solas? — Interrogó Interrogó la mejor sumamente emocionada ante la idea de Lisa y ella pasando aquella noche especial completamente juntas como no se les había permitido años atrás.

EUPHORIA © #1 [✔️]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora