t w e n t y f o u r

124 21 0
                                    

Narrador Omnisciente.

Años antes.

La casa se encontraba llena por el grupo de amigos quienes charlaban mientras tomaban botellas de cerveza o de Whisky.

Por suerte, Lisa vivía sola para aquella entonces porque si no, seguramente estaría en graves problemas con sus padres.

—Lisa —la voz de Sana se escuchó captando la atención de todos allí, pudo ver cómo ella se terminó el trago qué tenía en su mano antes de mirarla con una sonrisa descarada —. ¿Verdad o reto?

Todos se miraron entre sí esperando una respuesta de la pelinegra quién sólo la miro fijamente. Conocía los descarados retos de Sana, todos habían llegado a tener uno en aquél grupo de chicos populares y nadie se atrevía a decirle qué no a Sana.

Meterse con ella prácticamente perderlo todo, y ella no quería eso.

—Reto —respondio, sacándole una sonrisa aún más grande a la chica quien dejó el vaso de plástico a un lado.

Hubo una carcajada proveniente de ella antes de que acomodará su larga cabellera antes de hablar.

—Te reto a salir con la chica nueva —hablo sentándose en el sofá individual que estaba del otro lado de la habitación —. Las reglas son simples, deberás enamorarla sin importar qué pasé, acostarte con ella, hacerle la vida imposible por el resto del semestre, sera sencillo gracias a la inútil de tú amiga Kim Jisoo, si no, ya sabes lo qué pasará.

Elevó ambas cejas sorprendida. Sabía qué Sana podía a llegar a ser cruel, pero tampoco había creído qué podía llegar gasta aquél punto.

La sonrisa amplia qué está mantenía sólo podía reflejar maldad, desinterés por las emociones ajenas, mientras jugarán su macabro juego el cual había destrozado a más de una persona en aquélla universidad.

Aveces, incluso podía llegar a ser atemorizante encontrarse junto a ella quien en cualquier momento, podría destruirte.

Apretó sus labios sin saber qué decir, de acuerdo, era una imbécil a la cual no le importaba los sentimientos humanos, pero ya había visto a aquélla chica de cabellos rosa qué había llegado anteriormente a la universidad, además, había ayudado a Jisoo para qué ella logrará llegar a la universidad, algo que no fue problema por el dinero de sus padres. Pero, no podía imaginar a aquella chica completamente destrozada gracias a los juegos de Sana.

Claro, de todos modos no tenía opción.

—Acepto —respondio, tratando de qué su voz no temblase gracias a la contraría quién sólo río con gracia cómo si no estuviera pidiendo que destrozara a una pobre chica.

Aplaudió un par de veces mientras se levantaba.

—Perfecto Lisa, esperamos qué no nos defraudes —su voz fue tranquila y ligeramente fría, tanto, qué lograría asustar a cualquiera —. ¡Qué siga la fiesta!

Y como si nada hubiera pasado, todos siguieron bebiendo y platicando sin importarles ni siquiera.

Mientras que Lisa no podía dejar de pensar en aquel retó establecido por Sana, ¿Cómo se supone qué haría eso? Además, ¿Que pensaría Jisoo al saber que tenía que hacer aquello con su mejor amiga?

Era mejor no comentarlo.

Y cómo si fuera arte de algún tipo de magia, su celular comenzó a vibrar mostrando el nombre de "Jisoo" en la pantalla.

Mierda. Maldijo internamente antes de ir a una de los baños de abajo a responder la llamada sin que se escuchará la música que habían puesto hace algunos minutos.

Respondió a la llamada cerrando la puerta detrás de ella.

—¿Jisoo? —hablo primero —. ¿Qué necesitás?

—Jennie vendrá a casa de Rose para por fin poder conocerla, ¿Vienes tu también? Creí qué querías hacerlo —paso saliva rezando porque ella no lo hubiera escuchado al otro lado de la línea.

—A-ah... Si... Claro, iré —abrio un poco la puerta del baño encontrándose con Sana quién miraba fijamente la puerta sin apartar su mirada mientras bebía una cerveza.

—De acuerdo, te veo allí en veinte minutos —el celular fue colgado, Lisa se recostó de la pared de azulejos antes de soltar un suspiró pesado, genial.

Salió y caminó hasta estar en medio de la sala donde apagó la música.

—La fiesta se acaba, todos afuera —escuchando las quejas abrió la puerta mientras todos comenzaban a salir.

Sana se acercó a la puerta posando su mano en el hombro de la pelinegra acercándose a su oído.

—Buena suerte Lisa, la necesitarás —y sin decir mas abandono el lugar cómo el resto de ellos con la misma sonrisa qué había permanecido en su rostro desde que llegó a aquel lugar en busca de su nueva víctima para su juego.

Tomó un gran bocado de aire tratando de tranquilizarse, definitivamente estaba perdida, no sabía si quiera qué podía hacer y por primera vez en años sintió miedo por ello.

Cerró la puerta con fuerza y se recostó de ella deslizándose hasta caer sentada en el suelo mirando en algún punto desconocido de la habitación.

¿Que era lo que iba a hacer ahora?

¿Que era lo que iba a hacer ahora?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EUPHORIA © #1 [✔️]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora