Narrador Omnisciente.
En el ambiente era tenso, la mujer y su esposo estaban sentados frente a ella parecían notarlo también pues compartían debes en cuando algunas miradas llenas de incomodidad.
Desde que había entrado en aquella oficina no se había dicho ni una sola palabra, aunque solo hubiera estado por allí dos minutos, parecía como una eternidad.
Era frustrante tener a aquella pareja frente de ella y no poder pronunciar ni la más mínima sílaba gracias al pesado ambiente que se había instalado en todo su alrededor.
Sus ojos viajaron desde los rostros de la pareja hasta uno de los retratos que se encontraba colgado justo detrás de ellos solo que un poco más arriba en la pared. Se quedó sin aliento al ver aquel retrato de la hija de la pareja, Lisa. Por las facciones de su rostro se notaba que era en sus épocas de juventud, su apariencia no mostraba más de 17 años de edad como mucho. Un escalofrío recorrió toda su espalda al ver tal mirada fría y demandante que la joven Manoban poseía, su mirada siempre hacia adelante vestida con un vestido blanco parecido al de alguna reina, una lastima que no se viera más allá de la mitad de su estómago, las finas joyas doladas las cuales seguramente eran de oro puro descansaban sobre su pálido cuello estando a juego con una corona de piedras azules la cual se posaba sobre su cabeza dejando a la vista todo su hermoso y largo cabello.
En aquel segundo solo algo le vino a la cabeza; la realeza. Eso era lo que esa familia aparentaba, todo lo que ellos poseian era lujoso y tematizado con la realeza, claro, todo lo que ellos poseian era electrónica de primera y de la más reciente que había en el mercado, pero aún así dejando su toque rústico como si de un verdadero palacio se tratase.
El mayor de los Manoban carraspeo intencionalmente sacando a la chica de sus pensamientos, Rose, comenzó a agitar un poco su cabeza para así volver a si, lo cual logró en tan solo un minuto.
—Bueno, señorita Park... —hablo el hombre vestido de traje.
—Roseanne —corrigió, tratando de dejar un poco las formalidades.
—Roseanne —repitió corrigiendo su equivocación —. Tengo informado que tu eres a la joven a la cual Jennie le otorgará nuestra seguridad ¿no es así?
—Así es señor —afirmó de manera casi inmediata.
—De acuerdo, solo tengo una pregunta Roseanne. ¿Usted es pareja de mi hija? —pregunto con un pequeño tono de confusión. Realmente, Lisa no le había dicho nada a sus padres y lo único que estos sabían era sobre la seguridad que se le otorgaría a la joven.
Rose se tenso en su asiento, mirando con incomodidad al mayor de la habitación.
—No —respondió minutos después —. Lo fui hace mucho tiempo, en la universidad para ser más precisa. Pero lo nuestro se termino hace mucho tiempo.
El mayor de los presentes abrió su boca formando una perfecta 'o' ante las palabras de la rubia. Frunció levemente el ceño con confusión. ¿Para que una desconocida necesitaría protección si ese no era su problema? no estaba involucrada con su hija.
El hombre abrió su boca para hablar nuevamente, pero la cerró al momento de que la puerta se abrió aviso interrumpiendolo.
Jennie entró segundos después cerrando las puertas detrás de ella antes de hacer una pequeña reverencia y sentarse en la silla vacía que se encontraba a su lado.
—Señor y Señora Manoban. Lamento la tardanza, tuve que arreglar un par de cosas con Lisa antes de venir. ¿Me he perdido de algo?
—De hecho, no de mucho Jennie. ¿Podemos hablar un segundo? —pidió el hombre alto levantándose de su lugar siendo así seguido por Jennie, quien se levantó tan solo un par de segundos después asintiendo despacio con su cabeza.
Le dedico una pequeña mirada a Rose antes de salir del lugar junto con el mayor dejándola completamente sola junto a la mujer de cabello largo y ropa fina.
La mujer carraspeo y se acomodo en su silla algo incomoda. No era buen momento, pero quizás podía aprovechar la situación.
—Y dime linda ¿a que te dedicas? —pregunto la mujer buscando saber un poco más sobre la chica de cabellos rubios.
—Soy doctora —respondió inmediatamente la pregunta hecha.
La boca de la mujer se abrió formando una perfecta 'o' ante aquella respuesta. No esperaba que la chica también hubiera estudiado medicina como su propia hija, si no que hubiera estudiado alguna otra carrera.
—De acuerdo —la mujer asintio despacio apartando su vista finalmente de la chica rubia.
En aquel momento, las puertas en donde anteriormente Jennie había salido acompañada de el mayor de los Manoban fueron abiertas liberando a Rose del interrogatorio el cual seguramente le daría la madre de Lisa. El hombre se sentó nuevamente en su asiento correspondiente, siendo seguido así por Jennie quien se notaba un poco inquieta en su lugar.
—Perdonen la tardanza, Jennie y yo teníamos un asunto por platicar —hablo el hombre finalmente —. Rose, estoy enterado de lo que pasó entre tu y Jisoo sobre mi hija.
—Le juro que no sabía que Jisoo era así, cuando éramos pequeñas ella jamas... —el hombre alzo su mano en ceña de que le permitiera terminar de hablar haciendo que callara inmediatamente.
—Jennie me dijo que nada de esto fue tu culpa y te alejaste de mi hija a la fuerza cuando Jisoo envió a alguien más a secuestrarte. Y por lo que veo, tu también eres una víctima en todo esto. Pero antes de protegerte a ti y tus familiares necesito algo.
Rose lo observo con distinguida confusión. ¿Que necesitaría un hombre que ya lo tiene todo de alguien como ella?
Volteo un momento para ver a Jennie quien se hallaba sentada a su lado mirando todo, como si fuese una especie de coincidencia esta también volteo a verla y asintio diciendole de cierta manera que debía aceptar.
—¿Y de que se trata? es decir. ¿Que es lo que usted quiere?
El silencio inundo la habitación por un par de segundos.
Y definitivamente, no se esperaba que aquellas palabras fueran; —Lo que deberás hacer será casarte con mi hija.
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EUPHORIA © #1 [✔️]
FanficElla el como el sol. Ella era como la luna. Park Chaeyoung decide mudarse con su mejor amiga para vivir el sueño de la gran cuidad, dejando a un lado la vida aburrida e insignificante del campo para estudiar su carrera soñada en la amplia Seúl. Pero...