t h i r t e e n

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Narrador Omnisciente.

Los pasillos de la escuela estaban llenos de estudiantes como siempre habían estado, los alumnos y alumnas en busca de sus salones de clases, platicando a las orillas, murmurando sobre otras personas, ligando entre si. Cosas normales qué se veían en aquel lugar todo los días.

La rubia daba vagos pasos por aquel lugar, tenía algo de sueño aún, no estaba acostumbrada a dormirse tan tarde por la noche y se había levantado demasiado temprano en la mañana.

Los alumnos la miraban de reojo y luego murmuraban algunas cosas. De acuerdo. Su apariencia no era la mejor ya qué había estado demasiado adormilada y debía admitirlo, pero aún así no se vergonzaba de estar vestida de esa manera en la universidad, porque cómo ella habían muchos que estaban muchísimo peor y vestían pantalones o ropa de dormir gracias al retrasó. No era nada raro ver a algún alumno desvelado.

A pesar de todo, tenía suerte con no haberse cruzado en todo el día con Jisoo, estaba demasiado estresada y no quería volver a la jodida situación en la que siempre había estado junto a ella desde qué su atracción con Lisa se hizo presente.

Sólo había algo extraño en aquello.

Jisoo jamás había sido una persona de no buscarle por los pasillos o demás cosas, desdé qué había llegado a la ciudad siempre había estado tras ella buscando la manera de salir juntas a algún lugar o simplemente hablarle. Habían sido así desde que eran niñas y era raro el cambió tan drástico en aquello.

¿Estaba molesta? Quizás, era una opción pues eso era increíblemente confuso la verdad.

Probablemente también podía ser una absurda proposición estúpida y se estaba adelantando demasiado como para sacar ese estilo de conclusiones tan rápidamente.

Un suspiró profundo escapó de los labios pálidos de Rose y los relamio para humectar estos.

Hubiera seguido su caminó de no ser por alguien, alguien quién había tomado a Rose de el brazo haciendo qué se detuviera y volteara a ver sobre su hombro quien era aquélla persona.

— Disculpa —la voz grave de el chico se escuchó.—, lamentó molestar sólo que... ¿Podrías decirme dónde está Jeon Jungkook? —su tono sonaba un tanto desesperado.

— Ah, si —penso por un segundo.— espera... ¿Quien eres tú? —hablo confundida.

— Kim Taehyung —hablo él chico.— ¿Donde está?

— Yo... No lo se, no lo he visto aún por aquí.

El contrario suspiró pesadamente y una sombra pasó rápidamente a un lado de ambos.

— Mierda. Debo irme — Soltó a la chica y corrió rápidamente tras aquella sombra qué había pasado a su lado unos segundos antes.

La confusión era totalmente distinguible en su rostro, y está incremento cuándo sintió que alguien tocó su hombro en busca de llamar su atención pero cómo era de esperar no había nadie allí.

Definitivamente no tenía el mejor humor como para poder aguantar todo aquello.

De igual manera no sabía que estaba sucediendo así que suponía que estaba bien.

¿Porque cada día de su vida tenía qué ser tan malditamente confuso?

...

Si había una sola palabra con la cual describir aquélla situación definitivamente era; incomodidad.

En este preciso momento, todos los años de haber conocido a Jisoo se habían ido a la mierda, el silenció era el único en reinar el lugar desde que Jisoo había ido a pedirle unos apuntes a Rose justo después de que las clases dieran su fin y terminarán llendo a su casa por ello.

¿Acaso esa era la amistad qué siempre habían tenido? definitivamente no lo era, y si su madre estuviera en aquél lugar definitivamente estaría muy confundida gracias al comportamiento de ambas entre si. Desde la noche de la cita de Lisa y ella las cosas se habían tornado un poco –demasiado– incómodas hasta el punto de ser un tanto desesperantes gracias al frío ambiente qué se formaba en el lugar.

¿Desde cuándo toda su vida se había vuelto un remolino de emociones sin fin?

Un suspiro pesado escapó de los labios de Rose antes de levantarse y mirar por un segundo a Jisoo.

— Amm... iré a hacer un té —excusó antes de salir rápidamente a la cocina como si su vida dependiese de aquello, la incomodidad era increíblemente abrumante y no creía soportar el mas mínimo segundo allí de nuevo.

¿Cuando toda su amistad con Jisoo se había ido a la mierda?

Las preguntas invadían su cabeza una y otra vez preguntándose el que había pasado con todo a su alrededor. Llevaba exactamente cinco meses viviendo en aquella ciudad y todo no había hecho más que cambiar con cada segundo que pasaba.

Un teléfono se escuchó repicar en la sala varías veces, salió de la cocina para ver si era el suyo pero.

— ¿Jisoo? —trato se llamar a la ya ausenté chica.

Pero no había nadie allí, la puerta principal abierta de par en par y la sala estaba completamente sola.

La confusión se hizo presente en el lugar

¿Qué mierda acababa de pasar?

¿Qué mierda acababa de pasar?

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