な e p i l o g u e

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— Perfecto. — La estilista terminaba de arreglar cuidadosamente el cabello de Rose admirandola con una sonrisa atreves del espejo.

Chaeyoung miraba el cabello con la mirada perdida, casi impactada al ver su mirada en el reflejo. Ni siquiera podía reconocerse, aquel vestuario en su perspectiva era completamente hermoso y deslumbrante, sus ojos brillaban con destellos al ver su propia imagen en el espejo. Ni siquiera en sus mejores sueños de cuando era una niña se imagino viéndose así en un futuro, una sonrisa se formó en sus labios cerrados ante el recuerdo.

— Alguna vez me casaré con un príncipe azul, y yo seré la princesa en el cuento de hadas que mi mami me lee todas las noches. — Había dicho alguna vez Rose cuando era tan solo una pequeña niña sosteniendo una muñeca con un vestido grande y pomposo, una corona diminuta y de plástico se posaba en su cabeza dándole un aspecto elegante como al de una verdadera princesa.

— Mi amor. Las princesas realmente no existen en la vida real, no siempre las hermosas doncellas pueden casarse con un verdadero príncipe. — Había dicho como respuesta su madre sentada en la mesedora de madera que estaba cerca de la ventana.

Chaeyoung con confusión ladeo su rostro dándole el aspecto de un cachorrito confundido y después miró de nuevo a sus muñecas.

Gateo hasta su madre y recostó su cabeza de uno de sus muslos suspirando, las suaves manos de su madre acariciaban con suma dulzura su cuello cabelludo haciéndola relajarse, cerró sus ojos por un momento y una pequeña idea llegó a su mente, la niña sonrio con inocencia y miró a su madre directamente hacia los ojos con pequeños destellos en el ante la idea.

— ¿Y si algún día me caso con una verdadera princesa? — Los ojos de su madre se hicieron más grandes ante aquella respuesta observándola fijamente.

Y sin esperarse, ya su pequeña cabecita hacia comenzado a imaginar ideas locas en donde ella entraría al altar sosteniendo un hermoso ramo de flores, mientras que su persona destinada la miraba con amor al otro lado del altar, los pétalos de rosa sobre la alfombra mientras que las suaves melodías que el piano producía como si fuera un sueño hecho realidad, sus mejillas se tornaban de un color carmesí ligero y su corazón se llenaba de esperanza al pensar que alguien algún día realmente la amaría, y que ese momento, sin importar si era algo imposible en la vida real, ella se sentiría como una reina.

Mientras que en la pequeña cabeza de la niña todo era armonía, perfección y amor, su madre estaba en un pequeño estado de Shock, ¿Y como no estarlo? Acababa de escuchar la indirecta confesión de su hija sobre su sexualidad, aunque... No le parecía algo malo sin embargo temía el como reaccionaria su esposo al enterarse de aquello, mordió su labio inferior nerviosa bajando la mirada hasta su pequeña.

Siguió acariciando su cabeza con tranquilidad mientras Chaeyoung cerraba sus tiernos ojos tranquilamente, sin embargo, no estaba durmiendo.

Su madre sonrió con tranquilidad y serenidad al ver a su hija de aquella forma, luego susurro : — Serás una gran princesa cuando crezcas, cariño, y finalmente encontraras tu amor de cuento de hadas.

Una sonrisa con nostalgia apareció en su rostro mirando hacia abajo con nerviosismo, su madre tenía razón cuando decía que algún día viviría aquel amor de cuentos de hadas, aquel amor el que encenderia su corazón con alegría.

El sentimiento de euforia invadió su cuerpo, olvidando todo lo que la rodeaba, su madre estaba a poco de haber tenido toda la razón. Lisa era colo aquella reina que jamás espero y llegó a su vida, convirtiéndola en la princesa de la historia.

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