f o r t y t h r e e

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Lisa caminaba de un lado a otro en la oficina mordiendo sus uñas, importadole muy poco dañar el esmalte de color plateado que le habían puesto en el salón se belleza al cual su madre la obligaba a acompañarla todos los fines de semana.

Durante toda la semana las amenazas hacia su prometida comenzaban a subir cada vez más, comenzó por una por semana hasta veinte amenazas diferentes por día, pero aquello no era lo único que le preocupaba, pues la mayoría de aquellas amenazas eran enviadas desde el anonimato, lo cual significaba que aquellas no eran de Jisoo; Jisoo tenía una especie de serie al hacer ese tipo de cosas, las enviaba de diferentes zonas fantasma pero siempre firmaba con su caligrafía al final, a ella le gustaba que supieran que ella había sido la causante de eso, pero en cambio al parecer este otro atacante era más discreto.

A una le encantaba tener la atención de la pelinegra con sus amenazas, mientras que el otro o la otra atacante era más discreta y prefería atacar desde el anonimato.

—¿Podrías dejar de dar vueltas? comienzas a marearme —Jennie se quejo sentada en la silla giratoria de cuero que Lisa tenía en su oficina.

—No estas ayudando Kim —se cruzo de brazos soltando un suspiro pesado, jamas había llamado así a Jennie, pero ambas sabían que el estrés se había apoderado de ella.

—Los mejores policías de Corea tomaron este caso, aún siguen buscando el nuevo paradero de Jisoo pero su empresa sigue en uso, podríamos sacarle ventaja pero ella es una imagen pública, todos los noticieros piensas que es difamación y tus padres dijeron que no podíamos seguir manchando la reputación de los Manoban. El gobierno hace lo posible manteniéndose incognitos pero los reportes de los oficiales dicen que no han notado un comportamiento sospechoso en ella como para pedir una orden de cateo —explicó como si la pelinegra ya no supiera aquello, y por supuesto que lo sabía, se había tomado el tiempo de personalmente leer todos y cada uno de los informes, hasta incluso las grabaciones de las cámaras; cada nota, cada video, cada escrito, todo lo había visto ella en persona, inclusive interrogó a varios oficiales para ver si todo calzaba, pero Jennie tenía razón, no tenían excusa alguna para conseguir una orden de cateo o una orden de arresto, las cartas estaban escritas completamente en digital y la caligrafía de la firma podía ser falsificada. Lo menos que quería era que sus padres se enojaran con ella o hasta incluso con Rose por hacer un escándalo —. Lisa, se que amas a Rose y quieres lo mejor para ella y para tu relación, pero lo mejor que puedes hacer ahora lo mejor que puedes hacer es dejar este caso en manos de la policía.

—¡Pero no quiero hacerlo! Amo a Rose y no puedo imaginarme ni siquiera que alguna de estas constantes amenazas ocurra realmente.

—Por eso ambas están en un refugio, nadie saldrá herido tal y como te lo prometí.

Lisa volvió a mordisquear sus uñas nerviosa, realmente jamás hubiera pensado que la vida de una chica fuera tan preciada para ella, inclusive más que la joya más costosa en el universo, y muchísimo menos que aquella persona fuera Roseanne, la unica persona que no cayó a sus pies desde el primer momento. Sonrio al recordar las diferentes respuestas de Rose ante sus coquetos, jamas le faltaba el recalcar que a ella no le gustaba, aunque si tan solo Lisa hubiera visto con más detenimiento cada una de las señales que Jisoo le había dado hubiera descubierto desde antes su enamoramiento.

Si tan solo antes hubiera prestado atención a sus palabras jamás hubiera siquiera pensado sobre la supuesta muerte de Rose.

—¿Porque haces esto? —recordó las palabras que Jisoo le había dicho alguna vez en su casa. La imagen de los ojos de la pelirroja con una leve capa de agua que los hacían verse como un fino cristal, sus mejillas de un color rojizo con las marcas de lágrimas que alguna vez se deslizaron por sus pómulos.

Lisa sacó el cigarrillo que sostenía entre sus labios separándose de la ventana en la cual se recostaba, se acercó al cenicero y en este apago el cigarrillo.

—No lo entenderías Jisoo —dejo aquel cigarrillo a tan solo medio fumar y lo dejo sobre la mesa de noche de su alcoba acomodando un poco su desordenado cabello el cual caía por los lados de sus hombros.

Se miró a sí misma en el reflejo de la ventana, su cabello ya estaba lo suficientemente largo como para llegar hasta sus hombros, debajo de sus ojos unas notables bolsas de color ceniza eran visibles bajo sus ojos y su rostro no era muy atractivo pues este reflejaba sueño y cansancio.

—Si no me explicas ni siquiera como vas a esperar que entienda lo que te pasa, a pasado ya un año desde que Rose murió, debes superarla de una vez.

Lisa desplazo un poco su mirada por el vidrio logrando ver la imagen de Jisoo sentada sobre su cama cubriéndose con una colcha blanca, pero su mente seguía dándole malas jugadas. Al verla, simplemente no podía sentir nada, hasta que aquella imagen de la chica de cabellos pelirrojos se convertía en la imagen de aquella chica de cabellos pelirosas de le primera vez que se entregó a ella.

La primera vez. La primera vez que tuvo esperanza de que su amor logrará llegar a mayores después de haber competido con la mirada en dañar, destruir, causar dolor...

—Olvídalo y deja de meterte en donde no te incumbe Jisoo, somos pareja, amantes, pero lo que hago con mi vida no es asunto tuyo —expreso con fastidio, cansada del comportamiento de quien ahora era su amante, amante únicamente hecha para olvidar a quien para ella se había ido en los peores momentos que había sufrido.

Dicho aquello, Lisa se retiro de la habitación dejando a Jisoo con el corazón vacío y un gran malestar en su pecho.

No es asunto tuyo. Repitió el subconsciente te Jisoo.

Jisoo, el hecho de que acepte estar junto a ti jamas significará que yo te amo o siento lo mismo por ti. Repitió nuevamente su subconsciente el recuerdo de aquellas palabras el día en que ella declaró su amor hacia Lisa.

—¿Lisa? —la voz de Jennie la saco de sus pensamientos haciendo que su mirada se dirigiera directamente hacia ella —. ¿Estas bien?

Lisa aclaro su garganta —. Así es, estoy perfectamente bien —volvió a su compostura original —. ¿Que estabas diciendo?

—Después de que tu comenzarás con tu viaje astral te dije que tu madre ya tiene listas las invitaciones de quienes irán a la boda.

—Oh, ¿Y yo que debo hacer con eso?

—Confirmar la lista de invitados, solo faltan tres semanas para la fiesta y cuatro para la boda.

—Si, lo que sea, solo déjalas antes irte y las revisaré con Rose en casa.

—De acuerdo.

Jennie asintio y luego se levantó para así poder caminar hacia la puerta, más sin embargo no siguió avanzando, solo se quedó ahí frente a la puerta y volteo a verla por encima de su hombro.

—Y Lisa... Cuida bastante a Rose.

Le regalo una pequeña sonrisa y luego salió de la habitación.

Y por supuesto que la cuidaría.

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