t w e n t y s i x

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Narrador Omnisciente.

—¿Porque no me dijistes nada? Yo pude haberte protegido a ti y a Rose —ahora, Jennie estaba siendo regañada por una agitada Lisa quién caminaba de un lado a otro con evidente preocupación.

—No iba a usar el poder de tú familia y molestarte con algo así, tienes razón, Jisoo es una enferma que quiso matarme tanto a mí cómo a Rose, pero no pude pararlo, no quería qué se encargará de matarme a mi igual, alguien debía protegerte de ella —se levantó del sofá individual con el ceño fruncido antes de que un suspiro abandonará sus labios —. Te juro qué no sabía qué Rose estaba viva, iba a decirte sobre lo que ella hizo pero al ver como tú la pasabas bien a su lado.. decidí no entrometerme en sus asuntos personales.

Lisa la entendía, sabía qué meterse en la vida de los demás no era algo agradable para nadie, pero estaba desesperada, asustada, solo deseaba que nada de eso hubiera pasado.

Cubrió su rostro con sus manos y se recostó de una de las paredes deslizándose hasta caer sentada en el suelo. Era horrible, su mente, sus sentimientos, su alrededor, todo daba vueltas, no podía imaginar cómo pudo llegar a sentirse todo ese tiempo donde la hizo dudar, sufrir.

Ahora eso lo sentía ella.

Hubiera preferido no haber descubierto aquello, no haber asistido a aquella universidad donde Jisoo estuvo. Probablemente su vida sería un poco más tranquila ahora.

Sintió la presencia ajena a su lado, mirándola fijamente buscando alguna manera de tranquilizarla –algo qué ya era prácticamente imposible de hacer–. Ni siquiera había desayunado algo esa mañana, así qué debía hacerlo antes de prepararse para ir al trabajo, pero gracias a la preocupación y estrés del día anterior era completamente seguro de que su apetito se hubiera cerrado.

Habían pequeña bolsas en sus ojos también, su estómago rugía y sus ojos estaban hinchados de un color ligeramente rojo. Ah, se veía cómo si de un zombie de tratase, pero ni siquiera le importaba, su cabeza ya daba muchas vueltas cómo para siquiera pensar en aquello.

—Tranquila. Jisoo aún no debe saber nada sobre Rose.. por ahora —hizo una pequeña pausa dedicándose a ver a su agotada amiga —, pero está bien, mientras ella no sepa qué aún la vez posiblemente esté a salvo. Si no, hara lo posible para matarla.

—¿Y quien puede confirmar si no sabe si Rose aún sigue viva? Qué está aquí —llevo sus manos hasta su cabello castaño jalando levemente de éste.

—Es mejor confiar —alejo sus manos de la cabellera de la castaña evitando qué pudiera hacerse a si misma.

Con cuidado, atrajo a la menor a su cuerpo, permitiéndole llorar. Dicen qué una de las maneras de aliviar el dolor es desahogandose, ¿Que mejor manera que llorando?

La dejaría desahogar sus penas llorando en su pecho, quizás, había la más mínima posibilidad de qué si hubiera dicho la verdad todo sería diferente. Pero no podía cambiar el pasado ahora, había tomado una desición y ya no podía arrepentirse de aquella la cuál en este momento no le parecía tan correcta como ella había pensado anteriormente en su pasado. Ya no podía hacer nada más que consolarla en sus brazos.

No debió haberle permitido sacarla de su vida de aquella dolorosa manera.

Sus palabras aun llegaban como una daga a su pecho debés en cuando, en la oscuridad de su habitación aún podía sentir el dolor al recordar todas las veces en las qué Rose le rogó por qué se quedará a su lado. Ella sólo ahora quería deshacer el dolor que le había provocado antes alejándose de ella, ocasionándole el mismo dolor qué ella llegó a sentir.

EUPHORIA © #1 [✔️]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora