Aviso: en la primera edición del libro Simonett tenía 16 años en las partes del pasado, actualmente lo estoy editando para que la historia empiece a partir de sus 18 años, cuando ya es mayor de edad (por temas de las reglas que cambiaron en wattpad) Así que tal vez encuentren algunas irregularidades en las edades pero es solo por eso.
Disfruten la lectura ♥️
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3 años antes.
He estado pensando mucho en ti, hecho de menos tu parloteo sobre esas novelas que tanto te atrapan y los escritos poeticos a los que dedicas tu tiempo, lo que más me hace falta es conversar contigo y burlarnos juntos de los amigos de papá. Samantha quiere convencerlos de que te dejen allá más tiempo, pero yo prefiero que regreses.
Me hacen falta tus burlas a la vieja vecina de enfrente, ya no tengo con quien hablar cuando llego de un día pesado. Si no estás tú falta la única persona de esta familia que está cuerda, ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que me reí en esta casa.
Estoy buscando la forma de ir a la capital en tu busca, mientras lo hago no hagas ninguna tontería y mantente a salvo. Mándale mis saludos a la hermana Isabel.
Att. Tú querido hermano.
Guardo la carta en el sobre, alejando el impulso de fundirla contra mi pecho. Me siento tan sola y esta carta era justamente lo que necesitaba para tener aunque sea un poco de consuelo, y el perfume de mi hermano en el papel me recuerda que hay alguien en el mundo que aún me quiere.
6 meses antes.
—Niñas, apúrense por favor, en un momento llegarán Mercurio y su hijo —mi madre camina de un lado a otro con el cepillo en la mano, peinando al pequeño Aaron, que salta como conejo por toda la habitación.
—¿Por qué tenemos todos que cenar con ese señor, si solo es amigo de papá? —pregunta el menor.
—Porque hay que ser educados, niño.
—Si yo fuese rey, prohibiría la educación —mi madre me mira antes de que siquiera logre reírme de lo que dice mi hermano.
—Excelente idea, cuentala al rey Teseo, que seguro le caerá de maravilla.
—¡Por supuesto! Mañana mismo salgo a conversarlo seriamente con el.
—Simonett —me llama Samantha desde el otro lado de la habitación, mi hermana mayor —sirve para algo y ayúdame con el corset, no me cierra.
—Tal vez engordaste —le sugiero con inocencia, sus ojos café brillan en indignación y abre la boca con sorpresa.
—¿Cómo te atreves? por su puesto que no engordé, y ajustalo bien, que quiero que mis pechos se vean como dos melones y mi cintura muy pequeña.
—¿Por qué tanto interés en que tus pechos se vean arriba? —inquiero mientras hago mi mayor esfuerzo por no destrozarle el estómago —es inhumano lo mucho que disminuye tu cintura con esto, te saldrá un pulmón por la boca.
—El hijo del señor Mercurio es un hombre guapo y con dinero, nunca ha caído en rumores y siempre fue muy amable. Así que sería un buen esposo. —explica, ignorando mi comentario —además, ya no tengo edad para tontear, no es que tenga mucho tiempo para escoger entre los hombres del pueblo.
No entiendo porque se apresura, aun es muy joven, tiene muchos años por delante para preocuparse por eso.
Se dirige directo al espejo cuando la suelto para ponerse un vestido azul con pedrería incrustada, me parece que va demasiado llena de brillantes para una simple cena. Resaltar la belleza mediante joyas y maquillaje es una de sus tantas virtudes, pero hoy Samantha se ha puesto casi todo el cofre encima.
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El monstruo de la reina (1) ©
Romance"Una travesía en la que aprenderás que el amor y el odio se miden con la misma vara." Simonett Khespy hubiese tenido una vida tal vez no perfecta, pero si con menos contratiempos, de no ser por esa copa de vino envenenada que torció el curso de su d...