I

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Esta historia está escrita
completamente en borradores, así
que tiene MUCHÍSIMAS fallas de
ortografía y gramática.
Pienso editar todo una vez termine,
pues fue escrita cuando estaba
retomando la escritura y
antes de corregir a fondo prefiero
terminarla.
Espero su comprensión y que
no les desagrade el hecho de que sea
imperfecta.
¡Muchas gracias por darle
la oportunidad a este AU.


Jimin apretó sus manos durante las cuatro horas que tomó llegar a Busan.

Estaba asustado.

Estaba asustado por todas las miles de metas que tendría que aplazar, los cambios, las reacciones... que lo único en lo que pudo pensar fue en tomar el primer tren y regresar a casa.

Su corazón se llenó de calidez cuando el taxi lo dejó frente a la puerta de su pequeño hogar, con paredes amarillas y un porche con una mesa y tres sillas para tomar el té. Los recuerdos de su infancia invadiendo su mente cuando avanzó por su jardín hasta quedar a un par de centímetros de la puerta.

Fue ahí cuando el teléfono dentro de su bolsillo sonó y su corazón empezó a latir con rapidez porque solo una de las dos personas más importantes que tenía en Seúl no sabía sobre su problema y no sabía en dónde estaba.

Visualizó la pantalla del aparato encontrando el nombre del susodicho brillando junto a una fotografía de su bonita sonrisa de conejo: Jungkookie.

Y los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas, arrepintiéndose de no haber sido más cuidadoso, de no haber sido más responsable y quizá así no lo habría arruinado todo. Se sentó en una de las sillas de la mesita de té, recordando aquel otoño en el que todo empezó.

Era tarde y Jimin por fin había terminado de limpiar todas las mesas del restaurante en el que trabajaba.

— ¡Ya me voy! —gritó para las chicas del siguiente turno que apenas habían llegado al lugar y empezaban a ponerse sus uniformes.

El chico rubio de diecinueve años se dirigió hasta la casa que compartía con su mejor amigo y una vez allí se encerró en su habitación y se lanzó sobre su cama como un saco de papas.

Jimin jamás se imaginó que la vida en la capital sería así de dura. Cuando consiguió una beca en la universidad de Seúl, el chico y su mejor amigo Kim Taehyung, simplemente se lanzaron al vacío y emprendieron el paso más difícil de la adultez: independizarse. Vivieron su primer año en los dormitorios de la universidad, luego consiguieron un empleo de medio tiempo con el que empezaron a ahorrar y hace un par de meses, con algo de ayuda de sus padres, Tae y Jimin pudieron comprarse un pequeño apartamento cerca de la escuela y de sus trabajos a solo dos cuotas grandes.

— ¿Jiminnie? —Jimin escuchó que tocaban a su puerta— ¿Ya llegaste?

— Si... —murmuro el rubio medio dormido, medio despierto.

— ¿No tienes hambre?

— No, no... —pero Taehyung, con una toalla secando su cabello azul, ya había entrado a su cuarto y lanzado la misma toalla mojada a la cara del rubio— ¡Oye!

— ¿No quieres ir conmigo a una reunión? —Tae hizo bailar sus cejas— Los del departamento de artes hemos organizado una pequeña fiesta para celebrar que a Soobin, el que te presenté la otra vez, lo han aceptado en una agencia. ¡Es genial!

— La verdad es que tengo mucho sueño y tú sabes que... —pero Jimin no consiguió que su amigo lo dejara dormir y en menos de una hora ya se encontraba arreglado y dentro de un taxi que los estaba llevando al lugar donde se realizaría la fiesta.

La Forma En La Que Te Amo (KookMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora