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Hija
Reyhan caminaba junto a los dos príncipes conversando alegremente hasta llegar a los aposentos de la Sultana Hurrem muy sonrientes, tocaron la puerta y Mehmed la dejo pasar primero pero su sonrisa se esfumo al ver a Esmehan con una niña pequeña que tendría tres años si es que no se equivocaba.
–Sultana–dijo Reyhan haciendo una reverencia, Mehmed dejó al príncipe Bayaceto en el suelo y ella lo tomó en sus brazos para pasárselo a la Sultana Hürrem–.
–¿No haces una reverencia a tu Sultana? –preguntó Esmehan en un tono enojado—.
–Perdón, por lo que yo se tu eres una Kadin, no una sultana–responde Reyhan mirándola confundida–.
–¿Kadin?–pregunto burlonamente–. Isabelita no sabes nada porque yo soy una Sultana–sonríe–. Soy hija de la Sultana Sah, hermana del Sultán Solimán así que debes empezar a respetarme.
–¿Respeto? –Pregunto la Sultana Hürrem seria–. Yo creo que el respeto te lo tienes que ganar Esmehan y Reyhan me debe respeto a mi–sonríe leve–. ¿Entendiste Kadin?
–Si Sultana Hürrem–baja su cabeza avergonzada–. Puede ser que me quiten mi título de Sultana en este Palacio y que ahora sea una Kadin–los mira fijamente–. Quítenme mis títulos, pero nadie me quitara el derecho de ser Madre de una Sultana–sonrió divertidamente, miro a Reyhan que tenía una mirada confundida y en ese instante supo que la maldita víbora no sabía de quien hablaban o a quien se refería–. Querida Reyhan o esclava te presento a la Sultana Humasah mi hija.
Reyhan abrió sus ojos sorprendida, se dio la vuelta buscando la mirada de Mehmed para ver si decía alguna palabra, pero fue todo lo contrario, se quedó en completo silencio respondiendo por él, dio un suspiro largo para finalmente responder–Y-Yo n-no l-lo s-sabia–dijo en un tono triste– Perdón Sultana– se agacho mirando a la pequeña– ¿Me perdona? –pregunto amable–.
La hija de Mehmed la miró extrañada preguntándose ¿Quién era? pero al ver la sonrisa y su tono amable asintió con la cabeza, le regalo una sonrisa inocente sin tener los prejuicios de su madre, luego su mirada cayo en ella, pero lo único que recibió fue una mirada de enojo regañándola.
–Reyhan–hablo la Sultana Hürrem mirándola, sabía que estaba incomoda–. En el Harem debe estar el comerciante que viene todas las semanas por eso quiero que me traigas unas telas que encargue por favor.
–Claro mi sultana–respondió Reyhan sonriendo, hace una reverencia y levanta su cabeza para caminar hacia la puerta sin querer su hombro choca con la del Príncipe, ignoro su presencia, no lo miro y salió de los aposentos–.
–Auch–dijo el Príncipe Mehmed en un tono bajo sobándose el hombro mientras la sigue con la mirada hasta que sale de los aposentos, se quedó estático mirando a la puerta luego vio a su pequeña–¡Hija! –exclamó sonriendo y la abraza–
–Esmehan déjanos a solas con mis hijos y mi nieta–ordena la Sultana Hürrem–.
–Claro sultana–dijo Esmehan sin protestar, hizo una reverencia y salió de los aposentos–.
En los pasillos Reyhan se preguntaba porque Mehmed no le dijo que tenía una hija, se dio cuenta que actúa la mayoría de las veces por su corazón y no usa la maldita cabeza que tenía pegada a su cuello.
–¡Reyhan!–exclamó Mahidevran mirándola sonriente–.
–¿Pasa algo Sultana? –paro de caminar mirándola fijamente–.
–Si Reyhan está pasando algo muy grave–toma su brazo fuerte–. Te fuiste de los aposentos de mi hijo, eso es traición, pero como eres una puta protegida no te dirán nada así que yo hare de tu vida un infierno si no complaces a Mustafá y no es una amenaza–habla fuerte y la estampa en la pared–.
–No complaceré al príncipe Mustafá–habla entre dientes–
–Querida si lo harás o puedo decir lo que pasó en los baños–la amenaza colocando sus manos en su cuello para apretarlo– Tengo suficiente poder Reyhan para derrotarte, no lo olvides.
–No me importa su poder Sultana–dijo entrecortadamente por la falta de respiración, la mira fijamente– Es más, quiero que me deje en paz y no estuve en los baños en ningún momento.
–Eso no va a hacer posible, no te dejare en paz–aprieta su brazo– Es tu culpa por haberte metido en la boca de los leones.
–No es mi culpa que Mustafá no sepa cuando es no–espetea entrecortadamente–aléjese de mí–la empuja sacando sus manos de su cuello y respira afirmándose de la pared–.
–¡Te arrepentirás maldita esclava veneciana! –exclamó Mahidevran enojada–
Reyhan le dio una última mirada de reojo, suspiro y siguió su camino hasta el harem, eligió las telas más bonitas que jamás haya visto, no se dio cuenta que las concubinas de Mehmed estaban susurrando entre ellas atrás de su espalda, una la miraba fijamente y su nombre era Nurbahar, la actual favorita del príncipe.
La Kadin Esmehan luego de que la propia Sultana Hurrem la echara indirectamente de sus aposentos, camino por los pasillos indignada y tocó las puertas de los aposentos del príncipe Mustafá, la dejo entrar para que le contara las buenas noticias...
–Esmehan, ¿Estas segura?
–Muy segura, los escuche Mustafá–dijo mirándolo–. Escuche como la puta gemía a cada rato.
–Es una maldita seductora, primero no quiere tener nada conmigo y luego Mehmed se mete entre sus piernas-
–La esclava fue que abrió sus piernas estoy segura, no culpes a tu hermano.
–Esmehan tenemos que hacer algo, puede que ella sea fértil y tengan herederos al trono–impaciente– Lo que tú no podrás tener.
–No puede, no la dejare que ocupe mi lugar, haré todo los posible para que no tenga a ese mocoso–caminaba en los aposentos–.
–¿Esmehan como estas tan segura que está embarazada?
–Nose si lo está Mustafá, pero en cualquiera de los casos hay que prevenir–suspiro segura– la mataré junto a ese maldito niño, morirán los dos.
–No puedes hacerlo, ella es una protegida, ¿Te das cuenta el riesgo que estamos corriendo?
–Me importa una mierda Mustafá, lo que quiero es que muera para siempre y se aleje de nuestras vidas–sus palabras eran veneno puro–. No quiero que este acá respirando el mismo aire que yo.
–Esmehan tranquilízate aún no sabemos si está embarazada.
–No me importa haremos esto, le colocare veneno en su jugo, nadie sospechara de mí y luego pasara lo que tendría que ocurrir
–Eres despreciable
–Si, Reyhan se metió con la persona equivocada y tú más te vale que no digas nada porque si caigo yo, tu caes conmigo Mustafá.
Editado: 04/03/2024
Clau Brooke
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Feriha Sultán (Editando)
Ficción históricaDicen que nuestro destino esta escrito mucho antes de que naciéramos donde tenemos que enfrentarlo sin saber el precio de este, primero fui Isabella de Venecia, luego fui Reyhan Hatun, paso el tiempo donde me convertí en Kosem Sultán y finalmente me...