Dicen que nuestro destino esta escrito mucho antes de que naciéramos donde tenemos que enfrentarlo sin saber el precio de este, primero fui Isabella de Venecia, luego fui Reyhan Hatun, paso el tiempo donde me convertí en Kosem Sultán y finalmente me...
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Fresas
Durante la noche los sirvientes fueron a llevarle la comida, pero se llevaron la gran sorpresa de que estaban dormidos así que se devolvieron a las cocinas para que a primera hora de la mañana le sirvieran el desayuno. Isabella estaba durmiendo plácidamente, su respiración era tranquila hasta que abrió sus ojos despertándose a causa de los rayos del sol que alumbraron su cara, siente un brazo rodeando su cintura y se da la vuelta encontrándose con el príncipe durmiendo.
-Mehmed...-susurra sonriendo leve, saca su brazo de su cintura y se levanta cuidadosamente, mira la comida que está en la mesa-. ¿Fresas?-pregunta y su estomago hizo un ruido-.
-Si son fresas-respondió el príncipe sentado en la cama, bostezo y la miro-. Come, tienes hambre.
-No te quise despertar-dijo apenada, se sienta cerca de la mesa, toma una fresa, se la come cerrando sus ojos-. Mmm...Es deliciosa-pasa su lengua por sus labios-.
-Tranquila, sentí cuando te levantaste-sonríe y toma asiento al lado de ella-.
-Gracias por lo de ayer-sonríe comiendo sin parar-. Toda la comida esta riquísima.
-Denada pero no me des las gracias-la mira-. Mira, prueba esta delicia turca-lo toma-. Abre la boca-sonríe mirándola y se lo da en la boca-.
-Te doy las gracias porque me siento realmente agradecida-sonríe comiéndolo-. Es muy sabroso.
-Espera, tienes algo aquí-dijo sonriendo, toma una servilleta acercándola a su barbilla para limpiar restos de comida-.
-Gracias-lo mira sonriendo, toma su mano y la quita de su mejilla-.
-Tienes unos ojos hermosos-sonríe dejando la servilleta en la mesa-.
-Igualmente mi príncipe-lo mira sonrojándose y termina de comer-.
La Sultana Mahidevran estaba sentada en sus aposentos, mirando su reflejo en el espejo que estaba al frente de ella mientras una de sus criadas la maquillaba delicadamente cuando sin previo aviso las puertas se abrieron dejando ver a su hijo.
-Madre-dijo Mustafá acercándose a ella y besando su mano- ¿Que dijo mi abuela?
-Hijo...-suspira-. Tu abuela dijo que no, ella es una protegida.
-¿Protegida?-ríe sarcástico-. Madre yo hablare con mi abuela, ella tiene que dejar a Isabella que vaya a mis aposentos.
-No creo que te deje mi príncipe siéndote sincera-lo mira seria- Parece que la llevaran a los aposentos de Mehmed.