Dicen que nuestro destino esta escrito mucho antes de que naciéramos donde tenemos que enfrentarlo sin saber el precio de este, primero fui Isabella de Venecia, luego fui Reyhan Hatun, paso el tiempo donde me convertí en Kosem Sultán y finalmente me...
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Mustafá enloqueció
Contenido sensible +18
El Príncipe Mehmed luego de que se fuera la Sultana Esmehan de sus aposentos, se fue a acostar en su cama trato de quedarse dormido de mil maneras, conto ovejas, pero nada le resultaba porque su mente estaba intranquila, sus pensamientos lo invadían y se levantó llamando al guardia que estaba afuera de sus aposentos le dijo que trajera a Sumbul Aga inmediatamente, luego de unos minutos tocaron la puerta y se abrió dejando pasar a una persona.
–Mi Príncipe me mandó a llamar–dijo Sumbul entrando y haciendo una reverencia–.
–Si Sumbul...–sonríe leve mirándolo–. Mi mente se siente atrapada por lo cual quiero saber si Isabella entro a los aposentos de Mustafá.
–Mi Príncipe...-suspira entristecido-. Ella entro, no quería ir, al principio puso resistencia, pero luego se resignó como todas.
–¿Cómo dices? Explícate bien Sumbul–lo mira–.
–Cuando entre a los aposentos donde preparan a las concubinas, Isabella estaba llorando y Firial la estaba consolando–le explicó con sus manos–. Incluso me contó que se la paso todo el rato lamentándose–dijo tristemente–. Es una tragedia para ella.
–Ella no lo quiere–lo mira–. Debo hablar con mi padre–sale de sus aposentos–.
–Mehmed no digas que yo te lo dije–gritó tratando de alcanzarlo–. ¿Por que todos corren?
La Madre Sultana a esa hora de la noche estaba despierta tomando unas hierbas para calmarse– ¿Entró? –Pregunta mirando a Afife–.
–Si–suspira–. Estaba llorando, me dio demasiada tristeza esa joven.
–Esa joven se siente traicionada-dijo Daye Hatun-. Piensa que le fallamos.
–Eso Hicimos Daye...–dijo Afife mirándola–. Le fallamos.
–Mustafá está obsesionado con ella, me preocupa Isabella lo que vaya a hacer–dijo la Madre Sultana preocupada–. Esa chica tiene potencial de no seguir las reglas.
–Esperemos por Allah que no haga nada malo el príncipe con ella–dijo Daye Hatun tomando el té–.
El Príncipe Mustafá la miró fijamente cuando grito–. ¿Como que no quieres? –le pregunto en un tono enojado–.
–Como lo escuchas–dijo Isabella mirándolo con sus ojos llorosos–. No quiero.
–Nadie en mi puta vida me ha dicho que no–dijo enojado–. No esperes ser la primera porque no dejare que eso pase.
–Perdón–dijo rompiendo en llanto–. No puedo hacerlo simplemente–baja su cabeza caminando hacia la puerta, siente que la toman del brazo– ¿Qué haces Mustafá? ¡Suéltame!
