Dicen que nuestro destino esta escrito mucho antes de que naciéramos donde tenemos que enfrentarlo sin saber el precio de este, primero fui Isabella de Venecia, luego fui Reyhan Hatun, paso el tiempo donde me convertí en Kosem Sultán y finalmente me...
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Veneno
Pasaron 3 días muy largos desde que Reyhan evitaba hablar con el príncipe Mehmed, cada vez que él llegaba a un lugar ella salía huyendo invadida por el pánico que este le causaba y los nervios estaban a flor de piel porque sabía que en algún momento tendría que enfrentarlo. Por otro lado, Mehmed quería hablar de lo sucedido aquel día, pero no sabía cómo volver acercarse a ella sin que lo rechazara, quería explicarle por qué no le dijo sobre su hija y su hermana, la Sultana Mihrimah le ayudaba a diario diciéndole donde se encontraba, por lo tanto, no era una casualidad cada vez que se juntaban en un lugar, pero ella se iba cada vez que llegaba y eso lo frustraba.
–Reyhan, quiero que busques al Príncipe Bayaceto–ordena la Sultana Hürrem mirándola como ordenaba la cama–.
–¿Dónde está? –Pregunta Reyhan con la cabeza abajo terminando de ordenar–.
–Con mi hijo, el príncipe Mehmed–entrelazo sus manos–.
Reyhan levantó su mirada triste y soltó un suspiro–Sultana...–dijo en un hilo de voz– ¿Puede ir otra criada? Es que...no quiero ir, tengo que seguir ordenando...cumplir mis deberes.
–Reyhan...–la mira–. Tienes que afrontarlo un día de estos, sé que lo pasas evitando y no me gusta para nada toda esta situación entre ustedes dos.
–Sultana...–deja de ordenar para acercarse a ella–. Solo pido su comprensión o que me entienda–suspira–. Necesito tiempo, necesito alejarme de él porque no quiero entrometerme en su relación con Esmehan–trata de explicar–. No por ella sino por su nieta, es muy pequeña y talvez se siente mal porque piensa que estoy reemplazando a su madre entonces me odiara, lo último que quiero es que me vea como su enemiga.
–Mi niña...siempre preocupada por lo demás–suspira–. Mi nieta es muy inteligente y pequeña como tú lo has dicho, ella algún día entenderá cómo funciona este imperio, pero lo más importante ahora es que Mehmed quiere hablar contigo para arreglar este mal entendido y sus razones tuvo para ocultarte la verdad, debes acordarte de que esto es un harem donde todos vienen y van, debes luchar para mantenerte firme y así llegar a lo alto.
–Es que...no estoy segura de querer ser una Sultana–juega con sus dedos nerviosa– Todo lo que viven es demasiado y no le voy a mentir, tengo mucho miedo.
–Es normal tener miedo–toma sus manos calmándola–. Ese miedo debes transformarlo en fortaleza y que te vean lo fuerte que eres.
–¿Usted tiene miedo?
–Siempre está conmigo, en cada momento, pero después te acostumbras y vive con él.
–Antes de ser secuestrada–dio un respiro profundo–. Tenía miedo de separarme de mis padres y ahora que no están tengo miedo de morir–sus ojos se cristalizan–. ¿Es normal sentir eso?
–En este Palacio es más normal de lo que parece–acaricia su mejilla–. Tienes que hacer lo que sea para sobrevivir Reyhan así que ahora vas a ir donde Mehmed para hablar y es una orden.
–Si Sultana–sonríe forzadamente, hace una reverencia para irse–
Pov Reyhan
Mehmed es un maldito como se le ocurre contarle a su madre, lo maldigo porque ahora tengo que hacer lo que ella ordene, aunque lo de maldecirlo es mentira, pero aun así no quiero hablar con él y la Sultana Hürrem me obliga hacerlo, Dios ayúdame por favor a que se detenga esta tortura, camino hacia la sala de estudios de los hijos del Sultán, golpeó la puerta entrando y me encuentro con el Príncipe Bayaceto, el Príncipe Selim, el Príncipe Mustafá y el Príncipe Mehmed quienes se voltearon a verme.
–Isabella–me llama Mustafá levantándose de su asiento haciendo que retroceda unos pasos–.
–Su nombre no es Isabella, es Reyhan–dijo Mehmed levantándose de su asiento, camina hacia mi dirección y se coloca a mi lado sonriendo orgullosamente, pasa sus manos alrededor de mi cintura, lo miro regalándole una sonrisa leve, camino hacia la salida junto a él y nos detenemos afuera de la puerta de la sala de estudios–.
–Reyhan, ¿Por qué no me has hablado?
–¿Cómo preguntas eso? Es claro que si te evitado es por el bien de ambos y porque no quiero hablarte
–¿Por el bien de ambos? Cómo eres capaz de tomar mi decisión
–Tu no piensas con el cerebro
–¿Y tú piensas con el tuyo? –pregunto dejando de tomar mi brazo–.
Abrí mi boca ofendida– Claro que pienso más que tú porque no soy impulsiva.
–¿Impulsiva? –ríe leve lamiendo sus labios–. No lo eres, pero cariño te encanta jugar con fuego–se acerca lentamente a mi mientras retrocedo hasta chocar con la pared–.
–Mehmed...–lo miró fijamente a los ojos–.
–Reyhan...–se acerca a mis labios mirándome fijamente–. Siempre pienso con el corazón, aunque si es por mi hija te pido perdón.
–No me pidas perdón–miro sus labios–. Solo deberías haberme dicho que tienes una hija, me duele que me mientas o aún peor que no confiaras en mí.
–Si confió en ti–se acerca aún más a mis labios, siento su aliento tibio–. Reyhan si no te lo dije fue por alguna razón.
–Está bien–rozo mis labios con los suyos, pongo mis manos en su pecho para alejarlo de mi–. Lo entiendo además no tienes por qué darme explicaciones–suspiro, camino hacia la sala de estudios–.
–Espera Reyhan–me tomó del brazo acercándome a él, me besa sin aviso y le correspondo el beso al instante para luego separarme–.
–Debo irme Mehmed, llevare a tu hermano Bayaceto con tu madre.
–No va a hacer falta porque digamos que yo le dije a mi madre que tu buscaras a Bayaceto–sonríe entrando a la sala–
–¡Mehmed!–exclamó sonriendo para ir al harem– Es un idiota
Pov normal
La Valide preparó una fiesta para el Sultán y los príncipes por su llegada de la guerra la cual conquistó la ciudad de Venecia ya que lo habían alargado por motivos personales de la dinastía.
Afife Hatun preparaba a las concubinas que iban a bailar hasta que vio entrar a Reyhan
–¡Reyhan!–Afife la llama– Debes bailar hoy, órdenes de la Valide
–Afife–ríe leve– no se bailar
–Pero aprenderás, ahora a bailar
Reyhan bailo muy bien para aprender en el momento y la prepararon junto a las demás vistiendo un vestido sensual de color rojo con su cara cubierta dejando solamente sus ojos al descubierto, lo que no sabían es que siempre alguien debe amargar la fiesta y esa persona es Esmehan debido que estaba celosa de ella en sus aposentos
–Mira–le dijo Esmehan a la concubina, le pasa una botella pequeña con veneno en su interior– necesito que al jugo que beberá Reyhan le eches esto
–Pero Kadin, no podemos hacer esto
–Lo harás así que ahora vete–dijo Esmehan enojada viendo irse a la concubina–Hoy será tu fin Reyhan
