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Perfecta para uno de los príncipes
El Palacio Topkapi es un símbolo de la grandeza del Imperio Otomano, demuestra el poder e impone el respeto que le deben tener al Sultán, los que lo observan por fuera piensan que los que viven ese palacio son afortunados, pero no se imaginan lo que es vivir en ese palacio de color plateado donde cada muero está manchada de sangre.
Los carruajes se detuvieron al llegar al Palacio, los jenízaros abrieron las puertas y bajaron a las esclavas tirando de sus brazos con fuerza lo cual era seguro que aparecerían hematomas después. Cada mujer que venía de otras tierras tenía una perspectiva totalmente diferente de este lugar, algunas querían quedarse o incluso deseaban con todas sus fuerzas estar ahí, esto era todo lo contrario a lo que pensaba Isabella, era evidente que quería irse, aunque, encontraba todo hermoso por fuera, pero por dentro estaba quemándose por los pecados que cargaba y ella no quería ser quemada. Los jenízaros las llevaron al pasillo principal que estaba en el interior del palacio que parecía un auténtico castillo.
–Hagan una fila rápido, mi nombre es Nigar Kalfa o pueden decirme Firial como ustedes gusten–dijo presentándose–. Mentón arriba.
–Esto va a hacer un infierno Amelia, mi vida esta arruinada–susurra Isabella angustiada–. Tengo que irme, no puedo estar acá.
–No digas eso Isabella puede que sea un infierno, pero tienes que sobrevivir, no tienes otra alternativa más que la muerte–susurra Amelia mirándola–. Tú puedes hacerlo.
–Manda a las seleccionadas a los baños–dijo Daye Hatun–. El doctor debe examinarlas primero–la mira tomándola del mentón para tomar su brazo para seleccionarla–.
–¡No!–exclamó Isabella soltándose del agarre–.Usted–mira a Daye–. Veo que es importante aquí por favor no quiero estar en este lugar, lléveme a mi pueblo.
–¿Qué es ese alboroto? –Preguntó Valide Ayse Hafsa Sultan desde el balcón–.
–Están seleccionando a las esclavas que llegaron de Venecia, son un regalo para el harem del Sultán y los Sehzades–dijo una concubina–. Daye Hatun está teniendo problemas con una de ellas.
–Serán un regalo para Mustafá y Mehmed pero no para su majestad–dijo Hatice Sultán ignorando lo último–.
–¿Por qué dices eso Hatice? –Pregunta Valide Ayse Hafsa Sultán–.
–Digamos que desde que Hürrem es Sultana ninguna concubina puede ir a los aposentos del Sultán–dijo Hatice Sultánb–. Mahidevran tampoco logra entrar, es una lástima.
–Si es cierto eso Hatice, pero tal vez los príncipes quieran a una concubina–dijo Valide Ayse Hafsa Sultán sonriendo–. No seas así hija mía ve lo positivo–hace una mueca–. Además, llegarán mañana y espero que con buenas noticias–dijo ansiosa caminando por el segundo piso–.
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Feriha Sultán (Editando)
Historical FictionDicen que nuestro destino esta escrito mucho antes de que naciéramos donde tenemos que enfrentarlo sin saber el precio de este, primero fui Isabella de Venecia, luego fui Reyhan Hatun, paso el tiempo donde me convertí en Kosem Sultán y finalmente me...