Capítulo 8: Boda

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La boda se llevaba a cabo en el mejor hotel de toda la cuidad. La lista de invitados incluía a todos los más asquerosamente ricos de la cuidad.

Ninguna de las amigas o amigos de Amber fueron invitados pero ella lo prefería así.
Mientras la estaban preparando solo podía pensar en salir corriendo de allí.

El vestido de novia era muy hermoso. Tenía encaje en el busto y en la falda. Parecía hecho para ella pero ella lo odiaba. No quería tener que usar este vestido para casarse con ese hombre.

Lo único que la mantenía allí era la promesa de Joshua. Ella debía conseguir esa información para hundir de una vez y por todas a Nathan Millstone.

Mientras caminaba al altar de manos de su padre solo podía preguntarse que le habían prometido para que vendiera a su hija.

Al llegar al altar no miro a Nathan a los ojos y cuando el sacerdote dijo la frase de besar a la novia y vio a Nathan acercarse a ella solo quería alejarse pero no podía hacerlo.

Lo dejo besarla pero el beso solo le recordaba aquella noche. Podía sentir de nuevo la humillación, el dolor que había sentido.

Después de terminar la ceremonia, Amber se retiró con la excusa de estar cansada.

Cuando entro a la habitación cerró la puerta y le puso seguro. Quería estar sola. Se quitó el vestido y se puso una ropa para dormir y entro en la cama. En estos días no había podido dormir bien. Así que en esa habitación pacífica de hotel quedó profundamente dormida.

Después de dos horas de sueño se despertó por los ruidos de alguien llamando a la puerta.

- Amber abre la puerta. Soy tu esposo y tienes que dejarme entrar.

Esa era la voz de Nathan y parecía estar borracho. Amber se acercó a la mirilla de la puerta y al mirar fuera lo vio borracho en frente de la puerta.

- Vete a otro lado a dormir y déjame tranquila.

Se escucharon más sonidos de protestas pero Amber los ignoro y volvió a dormir.

Se despertó por los sonidos de su teléfono. Alguien le había enviado una foto, en la foto habían dos personas desnudas en una cama. El chico era Nathan y la chica era Alicia.

Al ver la foto Amber rio.

- Si lo quieres tanto te lo puedo regalar. No me podría importar menos.

Al llegar la mañana Amber no tenía ganas de levantarse. Ese día debía mudarse a la mansión de los Millstone.

Mientras pensaba en esto alguien tocó la puerta y después se oyó la voz de Cerys.

- Amber ya es hora de levantarse. Se tarda dos hora en llegar a nuestra casa desde aquí.

Al oír esto Amber no pudo hacer más nada que pararse de la cama.

Mientras se duchaba, se preguntaba a sí misma si Cerys y Henry tenían algo que ver con lo que Nathan le había echo.

Al terminar de bañarse y vestirse Amber solo podía preguntarse como sería su vida a partir de ahora.

En una mansión en la cuidad en ese mismo instante había un hombre sentado detrás de un escritorio. Enfrente de el habían otras dos personas sentadas.

- Me mudaré a la mansión cerca de la mansión principal de los Millstone. Así será más fácil conseguir la información.
- La mansión había sido preparada desde hace unos días. Ya está lista para que usted se mudé a ella señor Price.

Joshua asintió mientras miraba a los papeles que tenía delante. Eran los planos de la mansión de los Millstone.

Está mansión consistía de tres pisos y 30 acres de tierra. Habían 100 habitaciones. 50 de estás estaban preparadas para invitados. La pareja de los Millstone tiene una habitación para ellos y Nathan tiene una para el.

- Lo más seguro es que la señorita Connor se quede en una habitación distinta a la de Nathan.

Uno de los hombres sentados en frente de Joshua habló y el otro siguió.

- Han estado preparando una de las habitaciones del tercer piso para ella. Ya hemos arreglado para que uno de nuestros infiltrados sea su sirvienta personal.

Joshua los miro y asintió en forma de afirmación.

- Continuaremos preparando todo. Señor Price nos retiraremos en este momento.
- Bien. Manténgame al tanto de cualquier cosa que pase en la mansión Millstone.

Después de esas palabras los dos hombres salieron de la habitación dejando a Joshua solo. Al cerrarse la puerta Joshua se paró y se acercó a un librero que tenía en su estudio.

Tomo un libro. Era viejo parecía tener unos 15 años. Al abrirlo una foto cayó de el.

La foto era de una mujer con un bebé en sus brazos. Ella sonreía mientras la bebé dormía. Detrás la foto tenía algo escrito:
Amber, 3 meses de edad.

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