Capítulo 34: Compra

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Amber llegó al apartamento que Joshua le había dicho. El edificio tenía bastante seguridad y al parecer era muy exclusivo. Mucho más exclusivo que cualquier cosa que los Millstone o su padre pudieran permitirse. Era ese tipo de lugares en los que aunque tuvieras el dinero si no tienes conexiones no puedes ni estar en su lista de espera.

El portero no la cuestionó. Solo la llevo al elevador y al piso del apartamento. Bueno no un apartamento, era un penthouse. Ocupaba al parecer dos pisos enterado.

Al entrar vio a Joshua acostado en el sofá. Se había quitado su saco y estaba con la camisa a medio abrir. Podías ver su abdomen.

Tenía los ojos cerrados pero Amber sabía que él no estaba durmiendo. Se acercó y le hizo cosquillas hasta que logro hacer que reaccionara.

- Que bueno que llegaste

Al decir eso tomo los brazos de Amber y la arrastró a su lado en el sofá.

- Después hablamos de negocios. Déjame descansar un poco. No he cerrado un ojo en 24 horas.

Amber lo abrazo y se quedó a su lado. Él debía descansar y ella también se sentía muy cansada.

Durmieron por unas horas uno al lado del otro. El teléfono de Amber estaba en silencio y le entraban llamadas sin parar. Algunas de Cerys, de Henry, de Marcus, de Lily hasta tenía algunas de Nathan.

Al despertarse ella vio todas esas llamadas y frunció el seño. Se movió muy despacio para no despertar a Joshua y bloqueo y borro cada uno de los contactos. No quería tener nada que ver con esa gente.

Cuando Joshua se despertó la vio mirando fijamente el teléfono. Parecía estar haciendo algo muy importante, tenía su labio inferior mordido. Él no pudo evitar reír al ver esa pose infantil de ella.

Hacia muchos años que no reía así, como cuando estaba a su lado. Después de la muerte de sus padres solo pensaba en venganza. Ella cambio eso. Ella cambio su vida.

Amber oyó la risa de Joshua y se viro para verlo despierto mirándola fijamente. En sus ojos todavía quedaba un rastro de esa risa.

- ¿Qué haces?
- Borrando y bloqueando todos los contactos de los Millstone. Y ¿Qué era lo que me querías decir, cuando me pediste que viniera aquí?

Joshua al oír su pregunta de puso serio. Se sentó en el sofá y la miro fijamente. Ella no aparto la vista.

- Ya el plan ha comenzado. Mañana necesito que vayas al registro civil y pidas el divorcio a Nathan.
- Lo haré contenta. Pero no creo que ellos me lo den. Todavía no tienen la empresa de Summer.
- Ahí viene la segunda parte de mi plan. Ellos no te van a dar el divorcio si no es a cambio de algo, pero tal vez no tengan opción.O que ya no tengas valor para ellos.

Amber lo miro intrigada. Los planes de Joshua parecían ser simples pero requerían mucho trabajo.

- ¿A qué te refieres?
- Y si alguien te ofreciera millones por la empresa de tu padre y tú la vendieras. Entonces ya no tendrías valor para ellos y no dudarían en echarte.
- Ya veo ¿Quién compraría la empresa?

Ella ya sabía la respuesta o por lo menos se la imaginaba.

- Yo

La voz de Joshua sonaba segura. Estaba confiado en su plan y ella confiaba en él.

- Dentro de una hora va a venir alguien a entregarte la empresa de tu padre y también vendrá mi abogado. En ese momento realizaremos la compra y la anunciaremos mañana en la televisión. Después de eso llegará tu petición de divorcio. Para continuar la venganza debo asegurarme que no estés implicada con ellos. Por eso lo pensé mejor desde aquel día en la playa. Lo mejor es separarte de Nathan.

Él estaba poniendo en peligro su venganza por ella. Quería protegerla más de lo que quería vengarse. Los ojos de Amber se llenaron de lágrimas y hundió su cabeza en el pecho de Joshua.

A la hora que había dicho Joshua llegaron su abogado y el abogado de Carl Summer. La compra se realizó muy rápido y antes de darle cuenta Amber tenía en su cuenta bancaria cien mil millones de dólares.

Solo quedaba esperar a la reacción de los Millstone. El abogado de Carl acepto ayudarla con los trámites de divorcio y le dijo que se parecía mucho a su madre físicamente pero su personalidad era más como la de su padre y de alguna manera Amber sabía que era verdad.

- Ahora solo queda esperar. Me voy a quedar hoy aquí, si quieres que me quedé.
- ¿Crees que me negaría, Joshua?

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