Ya habían pasado cuatro meses desde que salió del hospital. El bebé había muerto por la caída que había provocado Nathan.
Le era imposible no pensar en él. Lo amo desde la primera vez que lo vio. Solo ahora se dió cuenta de lo idiota que era.
El pobre bebé pago la culpa por sus errores y ahora no iba nunca a poder ver el mundo.
Su padre la enviaba a los Estados Unidos para alejarla de todo el problema de los Millstone.
El viaje fue una de las cosas más relajantes que había hecho en su vida. Se sentía libre.
Había dejado atrás su teléfono, sus redes sociales, todo lo que conocía.
Al bajar del avión miro a su alrededor, respiro y sonrió.
Mientras más meses pasaba allí más se acostumbraba a su nueva vida. Estaba trabajando como secretaria para la directora general de una revista de moda y aunque nunca antes había tenido que trabajar lo disfrutaba.
Un día había conocido a un chico en un café. Tenía anteojos, sus ojos eran marrones y su cabello era castaño. Parecía alguien muy centrado en su vida.
Ellos se encontraron en el café varias veces hasta que ella lo invito a salir.
Él pareció sorprendido pero acepto. Ambos eran muy distintos pero a su vez podían hablar entre ellos sin problemas, y él no la juzgaba por sus pasadas experiencias.
Así comenzó un romance. Un romance que terminó en una boda. Era una boda pequeña pero hermosa.
Tuvieron dos hijos y una hija. Los cuidaron con amor y respeto.
Y un día uno de sus hijos, el mayor, se enamoro de una chica de apellido Price pero esa es otra historia.
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Darkness
RandomForzada a casarse por razones que no conoce Amber se encuentra perdida. Nunca se había sentido tan sola en toda su vida. Después de la boda sus días no mejoraron. Pero lo tenía a él. Él parecía jugar con ella y tratarla como a todas las chicas qu...