Capítulo 1: Conociendo al futuro esposo

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Todo estaba en silencio. Las luces estaban apagadas y la ventana estaba abierta dejando entrar un poco de la luz de la luna llena. Ese poco de luz le permitió a Amber ver el hermoso vestido de novia encima de su cama. Al verlo en su cara no había ni la mínima alegría. Solo sentía como si su mundo se viniera abajo.

Hace unas semanas atrás, su padre le dijo que hacía unos años el y un amigo habían hecho un pacto, si cuando tuvieran hijos eran dos niños o dos niñas serían como hermanos pero si eran un niño y una niña estarían comprometidos desde su nacimiento.
- Nosotros no pensábamos obligarlos a casarse, al principio queríamos que se conocieran primero pero ahora la situación ha cambiado.
- ¿Por qué debo casarme con un extraño? Me puedes explicar porque no entiendo nada.
- Lo siento Amber pero es lo que debes hacer. Regresa a tu cuarto.

Esas palabras de su padre habían acabado con todas sus esperanzas de dirigir su propia vida. Solo tenía 18 años, estaba a punto de empezar la universidad pero ahora ella no podría hacer nada de eso por una estúpida promesa que hizo su padre.

El vestido encima de su cama era un recordatorio de como todo su futuro se había reducido a nada en cuestión de semanas.

El día siguiente iba a ir a conocer a ese chico y a su familia, y debía aparentar ser la chica más feliz esperando el día de su boda.

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Eran las seis de la mañana y se estaba preparando para ir a conocer a su supuesto prometido. Nada de esto le hacía ninguna ilusión y solo podía poner una sonrisa falsa es sus labios pero nadie nunca la ha notado en los 15 años que la ha estado usando.

Cuando cumplió 4 años su madre fue asesinada por un competidor de su padre en una maniobra arriesgada. Pero lo único que logro fue dejar a una pequeña niña sin madre y sin padre. Desde esos días tuvo que aprender a fingir que todo estaba bien.

Para ir a esa reunión de negocios, que seguro era lo que su padre pensaba de la misma, había escogido ponerse un vestido con un corte de princesa que la hacía parecer una chica de 14 años y no una de 18. Dejo su cabello color ámbar suelto y se aplicó la menor cantidad de maquillaje. Como no quería impresionar a nadie no iba a poner más trabajo del que era requerido.

Si padre la esperaba en el auto con el conductor al volante.

Al ver a su hija al fin llegar se corrió a un lado del auto para dejarle espacio. A Amber no le gustaba pasar mucho tiempo con su padre, aunque no es que pasará tanto tiempo con el cuando era pequeña, y al parecer el sentía lo mismo.

El viaje al club de campo donde iba a llevarse a cabo la reunión estaba a dos horas de viaje desde donde vivían por lo que se puso sus audífonos y oyó música durante todo el viaje sin prestarle atención a nada más.

El club de campo se llama "New Day Tomorrow". Es un lugar tranquilo y gigantesco. Muchas personas van allí para descansar, soltar el estrés del día. Pero se puede decir que a Amber solo le aumentaba el estrés ver el auto entrar por las puertas. Un valet vino a recoger el auto y el otro los guiaba hacía un lugar donde se encontraban como unas pequeñas cabañas dónde se sentaban las personas a disfrutar sus comidas. No tenían paredes solo unas columnas aguantaban el techo. Dentro habían mesas y sillas para disfrutar.

Al acercarse Amber pudo ver que debajo de la cabaña a la que los estaban guiando habían tres personas. Una mujer y dos hombres.

La mujer tenía el cabello color miel con algunas partes más oscuras. Tenía los ojos verdes y su mirada parecía cálida, como si fuera la persona más bondadosa del mundo. Llevaba un conjunto de tres piezas de color almendra y la hacía ver mucho más joven de lo que debía ser. El hombre más viejo tenía una cara que te daba a ver que en su juventud debía haber sido muy hermoso. Su cabello ya tenía unos pequeños rastros de blanco pero no lo hacían ver más viejo sino aun más misterioso. El hombre más joven llevaba un traje y su expresión era fría como si todo el mundo estuviera por debajo de el. Su cabello era de color miel como el de la mujer pero sin los trazos oscuros. Sus ojos eran azules como un infinito océano y parecía que te podrías hundir en ellos.

Al acercarse más a la cabaña su padre se adelantó y los saludo con una sonrisa que Amber nunca había visto antes. Ella no recordaba nada de su padre antes de cumplir los 5 años, así que para ella el siempre había sido frío con todos a su alrededor. Pero ahora se daba cuenta que no era con todos sino con las personas que no eran importante para el.

- Hace años que no los veía. Es bueno conectar después de tantos años sin vernos en persona.

Su padre se sentó y empezó a hablar con la mujer y el hombre de mayor edad. Amber se quedó parada en una esquina viendo todo.

- Así que está es tu hija. En serio se parece a Lucy. Tiene sus ojos y el mismo color de cabello.

Al decir esto fue hacia donde estaba Amber para saludarla y eso recordó a los demás en esa habitación que ella estaba allí pues hasta su padre se había olvidado.

- Hola Amber, soy Cerys Millstone. Si lo deseas puedes llamarme madre, al final te vas a casar con mi hijo.

Ese saludo tomo desprevenida a Amber pero esa sorpresa no se mostró es su rostro. En su rostro podías ver la sonrisa más hermosa que puedas imaginar.

- Un placer conocerla Señora Millstone.

- No deberías tener tanta cortesía. No hace falta que me llames así. Este es mi esposo Henry y esté es mi hijo Nathan. Ven no estés parada allí siéntate junto a mí.

Amber se sentó junto que la señora Millstone pero no se integraba a la conversación solo decía algo cuando le preguntaban directamente. Después de un rato sirvieron el almuerzo por lo que las conversaciones pararon hasta que habían terminado de comer.

Nathan no miro a Amber en todo el tiempo que pasaron allí pues la mayoría de ese tiempo estuvo ocupado con llamadas telefónicas y Amber después de haberlo visto una vez perdió toda curiosidad. Si era hermoso pero eso era todo lo que ella veía en el.

Al ver que los chicos no habían dirigido la palabra el uno al otro les dijeron que fueran a caminar por el lugar para procesar el almuerzo.

Ambos se pararon y empezaron a caminar uno junto al otro sin decirse una palabra. Cuando se habían alejado suficiente de los padres Nathan miro a Amber.

- No me importa la promesa o el trato comercial que nuestros padres hicieron. Solo te quiero asegurar que no esperes que me enamore de ti.
- Este maldito compromiso arruinó mi vida y crees que quiero que te enamores de mí. No me hagas reír.

DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora