Trillizos a la vista
Últimamente Matías se ha acostumbrado a despertar con el olor a humo, ya ni siquiera se levanta de su cama a revisar su habitación, siente el papel que hay en su mano leyéndola, se la pone frente a sus ojos acostado boca arriba con una mano detrás de su nuca.
Querido Matías:
Te platico mi día de ayer, fue el mejor del mundo, hace mucho que alguien no conseguía hacerme reír así y lo más importante, por un momento alguien logró hacerme olvidar de ti. No te sientas ofendido, de hecho, una vez que dormí soñé contigo.
Fue un sueño extraño, divertido y penoso, nunca contaré lo que soñé por que moriría de pena.
Otra cosa que debo de decirte no comparto tu idea de hablar con las personas, eso de mandar al mejor amigo a secuestrar da miedo, eres un psicópata en proceso se dijo y se tenía que decir.
En fin, me alegra ser lunes y por fin verte, aunque sea de lejos.
No olvides que te amo.
f....
La vuelve a leer con una extraña sensación, no sabe que es lo que siente, de alguna forma le está gustando recibir esas cartas, le suben el ego y todo lo que le suba su ego le gusta. Tiene mucha curiosidad en saber quien escribe las cartas y cómo llegan a él.
La deja en el cajón junto a las demás y se levanta a asearse. Cumpliendo con su misma rutina de siempre: ducharse, lavarse los dientes, cambiarse e ir a desayunar con su familia.
Hoy es lunes, eso significa otro aburrido día de escuela, no tiene nada planeado para la semana, más que sus entrenamientos y el partido semanal. Cuando llega al comedor su mamá y hermana se quedan calladas al instante, él alza las cejas sorprendido por el momento incomodo que se creó en un instante.
-Comprendo que es platicas de chicas, solo tomo mi desayuno y me iré – le dice tomando un mollete de azúcar.
- No es eso cariño, siéntate – le pise su madre, se sienta en su mismo lugar de siempre comiendo tranquilo un mollete. Mira un segundo a Becca y ella se inclina su café evitando hablarle.
- Me están asustando, ¿Paso algo? – pregunta dejando su vaso de leche pasa su lengua por sus labios para limpiárselos.
- Ayer por la noche llegaron al hotel para quitar los letreros de clausura disculpándose según ellos fue un error de administración – comenta su mamá.
- Confirmado que esto fue obra de los Goyle – sentencia Matías.
- Tampoco había que quemarnos las neuronas para adivinar – espeta Becca. – Le aconseje que demandara a los de la administración por daños de imagen, una por todos los daños que nos causaron ante la sociedad, y segunda, para que los Goyle vean que no son los únicos que pueden hacer lo que se les dé la gana. Pero mamá no quiere.
- ¡Mamá! – la regaña su hijo. – Hazlo.
- No quiero más problemas – dice un segundo después. – Lo hablaremos después - se limpia las comisuras de su boca antes de levantarse a contestar el teléfono.
Matías la sigue con la mirada, cuando desaparece por la puerta voltea a ver a su hermana, los dos captan el mensaje y ella solo se limita a encogerse los hombros.
-Son decisiones de mamá, ¿Qué quieres que haga? – le dice su hermana.
Los dos terminan de comer y su mamá no ha vuelto, se apresura a dejar su plato en el fregadero para alcanzar a lavarse los dientes por segunda ocasión. El reloj de su celular le está diciendo que ya va tarde por Amber, sí el "arreglar las cosas con su novia" significa volver a hacer de chofer.
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Cartas de Ceniza. Completo ✔️
Ficção AdolescenteCuando quemamos una hoja se convertiría en pequeñas cenizas, pero ¿Qué pasa con ellas después? Muchos pensamos que quizás el viento haría lo suyo y se las llevaría. ¿Pero y si no es así? Ahora, ¿Qué pasa si es una carta, está se enviaría? Flecha. U...