Capítulo 38

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Considérate vilmente secuestrada

 ¿Cuánto tiempo más tendrá que esperar para una carta? De verdad que Flecha si se lo está cumpliendo, ha dejado de hacerlo desde que se enteró que él la está buscando, él no entiende por qué no quiere, hasta donde él sabe no muerde y mucho menos golpea, ¿Cuál es temor?

Le da igual, acabará por encontrarla una semana más o menos no hará la diferencia, las cosas en su casa tampoco van bien, lo evitan a toda costa, cuando la curiosidad le ganaba y se puso como loco a interrogar a cada habitante de su casa, fue tanta la insistencia que prefieren no estar o darle charla de otra cosa. Todos le están siendo fieles a Flecha.

La única que le insinúa cosas es la abuela, pero siempre hay una verdad y dos mentiras en cada frase que da con su descripción, confundiéndolo más. Por ello la descartó completamente de su interrogatorio, la parte más fácil era preguntarle a su hermana hasta que suelte la respuesta, pero ella previó otra vez y se largó a vivir con Tobías hasta nuevo aviso o a hasta que Matías deje el interrogatorio.

A su madre ni le dice, si le guardo un secreto por 18 años que le va andar contándole sobre Flecha. Por ello se frustra cambiando de lugar las cartas, de todas sigue faltándole una, la que su hermana le quitó. Le compro una cajita de cristal que se le hizo bonita, las mete y la cierra para luego esconderlas en su recamara.

Después de eso se dirige a un aburrido día de clases, en el camino su celular lo pilla con una llamada entrante. Mueve el control del estéreo para contestar.

-No lo olvidado – menciona al ver el nombre de su abogado en la mini pantalla.

- Yo sé que no, pero solo para recordarte que no tiene que pasar de hoy – le informa el abogado. – Sabes que no firmará nada si voy yo, cualquier cosa me marcas.

- De acuerdo.

Dicho esto, ambos cuelgan descomponiendo la mañana de él, recarga su cabeza en su mano mientras maneja a la escuela. Algo dentro de él le cosquillea fuertemente recordándole que por más que quiera evitar algo, la vida se lo regresará con más intensidad. Miles de escenarios pasan por su cabeza al recordar lo que tiene que hacer hoy y las consecuencias que traerá.

Él quería evitar a toda costa tener un encuentro con él, pero claro el hombre es listo al decir que no firmará nada si no es él quien lo vaya a visitar, será un día muy largo. Ya se imagina en cómo terminarán las cosas y no serán para nada bonitas.

En la escuela no hay mucho de qué hablar, solo otro día aburrido día de clases. Cabe resaltar que Fabiola le preguntó sobre si le hará una trampa a Flecha, a lo que él no le pudo dar respuesta, aún tiene la conversación de su abuela en la mente que no lo deja en paz.

Después de ello vuelve a su camioneta, el cosquilleo de la mañana es mucho más grande y no puede evitar ponerse nervioso, abre una cajuelita sacando la carpeta que tanto le origina nervios, revisa el contenido para ver que lleve todo lo que necesita, buscándole cualquier defecto para regresar el documento y evitar ese rencuentro.

Para su desgracia el documento está en perfecto estado, dejándolo entre las paredes, es cierto que la curiosidad de conocerlo es grande, pero a la vez temerosos, su truco fue acertado, no querer ver al abogado para que él fuera, fue un truco muy sucio de su parte. Desde que se levantó no ha podido dejar de pensar en todas las cosas que pueden pasar, se ve a él mismo regresar con los nudillos rojos, aunque... sus pensamientos son interrumpidos con un grito.

-¡ERES UN MALDITO IMBECIL! – baja el documento al escuchar esa interesante voz. Nunca se la imagino gritar a los cuatro vientos una grosería y más para su hermano. Seguido de esto los oídos le retumban con el sonido fuerte de la moto de Blake alejándose del estacionamiento, dejando a una Abigail muy enfadada. Por cómo ve las cosas Blake dejó a Abby y parece que no tiene planes de volver por ella, pues ya debe de estar fuera del estacionamiento.

Cartas de Ceniza. Completo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora