Capítulo 45

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Y Flecha es...

- ¡Hoyo en uno! ¿Lo viste? – festeja Matías después de haber golpeado la pelota de golf con su respecto palo.

Le deja su lugar a su amigo para que él pueda hacer su jugada, es un día soleado en el campo de golf. Francis lo invitó solo para pasar el rato, ya no hay escuela ni nada que pueda obligarlo a ocupar su mañana, como había dicho es un día totalmente despejado de nubes, con el sol en su máximo esplendor, la piel le arde en el área donde no la tiene cubierta por alguna tela, junto con una fina capa de sudor. Trae puesto una camisa blanca con unos shorts largos de color crema, una gorra y algunos accesorios; además trae puestos lentes de sol.

Matías espera junto al carrito de golf que alquiló en el lugar en espera de su amigo. Francis está vestido casi del mismo modo que Matías, sólo que sus shorts son de un color rosado palo. Se prepara para lanzar la pelota y mala suerte pare él que consigue llevarlo lejos, pero no lo suficiente para que haga un hoyo en uno, cayó cerca del objetivo.

-¡¡Cómo es posible que seas tan bueno en todo!! – reniega su amigo tomando sus cosas para irse al carrito.

Matías es quien conduce, su amigo se sienta en el espacio del copiloto dejando primero sus cosas en la parte de atrás del pequeño vehículo.

-¿Qué te digo? – suelta una risa sarcástica comenzando a avanzar por el campo en dirección al hoyo. – Humildemente te digo que soy bueno en todo.

Su amigo rueda los ojos, Pollito aparca cerca, no se baja completamente, deja un pie fuera y se medio voltea. Francis en cambio sí se baja toma sus cosas antes de ponerse en posición, Matías se acomoda sus lentes dándole un par de consejos a su amigo. Francis se pavonea su cadera a modo de ritual de suerte intercalando miradas entre la pelota y el hoyo, una vez está seguro de cuanta fuerza ocupa antes de golpear la pelota, esta entra provocando que el chico festeje.

- ¿Lo ha visto majestad de la humildad? ¡Lo he logradooo! – saca las pelotas del hoy y recoge sus cosas para que ambos puedan irse al siguiente hoyo.

- Siempre creí en ti – le contesta su amigo.

La verdad ambos no tienen la necesidad de contar sus puntos acumulados, no vienen a competir, solo a pasar el rato como viejos amigos.

-¡Oye! Ahora que lo recuerdo he visitado tu café – tenía tantas ganas de decirle a su amigo que hasta ahora se acordó, a Matías ni le sorprende, ya sabía que tarde o temprano todo el mundo se enteraría.

- ¿Y qué tal? ¿Qué pediste? – pregunta.

- El café de Flecha, ese con el que hacen mucha promoción; es una verdadera abominación ¡Sin exagerar nunca he probado un café tan bueno como ese! – exclama su amigo moviendo las manos, su amigo ladea una sonrisa satisfecho, desde que ha cambiado el nombre al café estrella del ahí en adelante ha recibido mucho más visitantes y buenas calificaciones junto con recomendaciones.

- Me alegro que te guste – es sincero, le cae bien que ahora esté generando muchas ganancias y en poco tiempo abrirá otra sucursal.

Se detienen en el segundo punto, ambos bajan del vehículo y comienzan acomodarse para el siguiente tiro. Matías le concede primer turno a Francis. Este se prepara para lanzar la pelota, vuelve a menear la cadera y finalmente alza el palo antes de golpear la pelotita, están arriba de una colina por lo que ocupan una fuerza increíble para que esta pueda caer cerca del hoyo. Le faltaron pocos metros para que pudiera entrar al hoyo, maldice entrecerrando los ojos para ver donde quedó. Después de ello le concede el turno a Matías.

Mira el punto a donde quiere que caiga la pelota antes de fijarla al suelo, se prepara e impulsa el palo disparando la pelota al aire, no cae exactamente en el hoyo, cae cerca tal como lo quiso. Ambos chocan las manos antes de volver a carrito y bajar la pequeña colina. Una vez llegado se alinea primero Francis para poder ejercer su jugada, cae en el hoyo y vuelve a conceder el turno a Matías. Mientras este comienza a prepararse para el tiro Francis habla:

Cartas de Ceniza. Completo ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora