『Sugar mommy』❁Bughead || C O M P L E T A.

Dieciséis.

—¿Jughead? has llegado temprano. —Tabitha miró confundida a su amigo cuando entró a Pop's.—

—Estoy muy aburrido en casa. —Mintió, se había sentido tan solo y pensativo, que prefirió llegar temprano al trabajo. Durante todo el día estuvo pensando en Betty, solo en ella. Y claro, en el misterioso Señor Andrews. Lo había investigado, pero no había encontrado nada basándose en su apellido, no ayudaba nada en sus dudas.—

—Bueno, puedes esperar… Cómo verás, la tarde está muy sola.—Suspiró mirando a las pocas personas que se encontraban ahí.—

—De hecho quisiera pedir algo. —Jughead sonrió cómplice haciendo que su amiga rodará los ojos divertida.—

—Así que me has mentido, te traeré las sobras. —Bromeó ella dándose la vuelta y caminar a la cocina. Jughead esperó pacientemente sentado frente a la barra escuchando la canción de Olivia Holt que sonaba con un volumen considerado. La campana en la puerta sonó avisando que alguien había llegado, Jughead no se molestó en ver de quién se trataba sólo se quedó en su lugar.

Escuchó los pasos acercarse hasta lograr sentir la presencia de alguien sentarse a su lado, y la curiosidad fue ganadora cuando él miró de reojo a la persona.

—Hola. —Saludó una voz gruesa, Jughead volteó a mirar al hombre que lo había saludado, frunció levemente el ceño. A pesar de ser un pueblo chico, casi nadie saludaba a los desconocidos.—

—Hola. —Respondió Jughead, miró mejor al hombre desconocido, se notaba que él era mayor, vestía un traje negro, parecía fuerte, musculoso, pero lo que más destacaba de él era su cabellera pelirroja.—

—Había extrañado tanto la comida en Pop's. —Él hombre desconocido volvió hablar, Jughead quien esperaba impaciente su comida comenzó a mover su pierna inquieto.—

—La comida de Pop's es irremplazable. —Admitió Jughead dejando de mirarlo.

—Concuerdo contigo.

—¿Vives aquí?

—No. —Respondió el pelirrojo soltando un gran suspiro. —Me mudé a New York hace algunos años, pero nací y viví mi juventud aquí.

En ese momento Tabitha regresó con la orden de Jughead, ella miró al hombre al pelirrojo y se apresuró a atenderlo.

—Gracias. —Agradeció Jughead, casi inaudible mirando como su amiga se ponía nerviosa ante el apuesto pelirrojo que se encontraba a su lado.—

—Hola, buenas tardes, desea ordenar algo. —Tabitha habló manteniendo la gran sonrisa en su rostro que la caracterizaba.— 

—Espero que el menú no haya cambiado, me muero por una hamburguesa tradicional.

—Por supuesto, el menú ha cambiado poco, pero las hamburguesas no. —Respondió Tabitha, Jughead solo escuchaba comenzando a degustar de su hamburguesa.—

—Perfecto, papas y una malteada de chocolate, para llevar por favor.

—Claro que sí. —Prácticamente Tabitha regresó corriendo a la cocina, dejando nuevamente a los dos hombres en la barra.—

Convenciendose de que el silencio era incómodo para los dos, Jughead decidió hablar. —Espero no ser entrometido, pero ¿Qué lo ha hecho volver?

—Es una historia muy larga. —Contestó el pelirrojo volviendo a suspirar, Jughead pudo notar algo de cansancio y decepción en su voz.—

—Que debió valer la pena, por lo que sé el camino es muy largo.

—Vale todo la pena del mundo, pero no resultó como yo esperaba.