Ocho.

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La heroína había comenzado hacer transportada a Greendale, el alcalde había accedido a ser un socio más de Betty. Después de haberle mostrado sus encantos y haber negociado las ganancias el joven alcalde aceptó. Un punto más.

Cheryl había seguido el juego sucio que su padre comenzó, ella era quien se encargaba de distribuirla por todo Riverdale y a donde su negocio de Mapple la llevaba.

Verónica, la mano derecha de Betty era quien se encargaba de almacenar la sustancia en diferentes puntos, la encargada de que todo llegara a su punto de venta.

Y Betty, tratando de encontrar más socios y negociar a una buena cantidad, pero ahora estaba tan ocupada con su labor de alcaldesa, tratando de asistir a todos los eventos sociales a los que se le invitaba, firmando papeles, leyendo y atendiendo cartas y visitas por parte de los pobladores un sin fin de cosas que la mantenían estresada.

Y luego la visita de su joven amante que la mantenía preocupada, preguntándose ¿Qué es lo que él podía saber? Sabía que aquel chico era muy curioso y su instinto de detective no dejaría las cosas así. 

Betty respiró profundo mirando la noche por la ventana de su oficina. Hasta que su celular sonó, una llamada de Verónica.

—Hola V. —Habló Betty.—

—Hey B, ¿Cómo estás? —Betty rodó los ojos.—

—Ahora entiendo porque has renunciado. Verónica rió sonoramente ante la respuesta de su amiga.—

—Un capricho, era la mejor manera para hundir a mi padre.

—¿Cuál es el motivo de tu llamada? Tengo muchas cosas que hacer, estoy ocupada.

—Estoy en el evento de las hermanas de la misericordia. —Veronica rió.— Y tú lindo juguete se encuentra aquí, muy bien acompañado por una linda florecita. 

La mano de Betty apretó su celular con fuerza y respondió.— Por favor Verónica, eso es tan insignificante para mi. —Bufo.— Ahora si me disculpas tengo que atender asuntos importantes. —Dijo antes de terminar la llamada y aventar su celular bruscamente en su escritorio. Jughead y ella tendrían una plática muy seria, de eso estaba segura Betty.— 

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Otro inicio de semana aburrido para Jughead y lo único que lo animaba en ese momento era que las vacaciones estaban cerca. Había tenido un fin de semana tranquilo, había cumplido parte de su trato con Ethel después de que ella le enviará la información de la persona desaparecida.

Y luego, eso lo llevó a discutir con Betty, debía admitir que extrañaba los encuentros con ella, pero sabía que podría encontrarse disgustada con él todavía. Y no era para menos, todo lo que él le había dicho, señalandola de culpable cuando ella lo único que hacía era su trabajo.

Pero si Jughead supiera la verdad de la muerte de Maddie…

Su madre y su hermana menor habían salido algunos días a Toledo a visitar a algunos familiares, Jughead optó por quedarse con su padre y hacerle compañía aunque normalmente FP no se encontraba en casa todo el día por su trabajo. 

—Es muy raro.—Dijo Toni mirando a Jughead, él había contando todo lo que había pasado con Betty, claro, sobre el asunto de Maddie, la persona desaparecida.—

—Lo es, la alcaldesa dice que están en busca del asesino y la chica. —Mumuró Jughead bebiendo un poco de su cerveza.—

—¿Y qué hay de tu padre? ¿Porque está callando también? —Preguntó La pelirosa sirviendo un trago más.—

『Sugar mommy』❁Bughead || C O M P L E T A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora