Treinta y cuatro.

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Medio dormida se removió dando un manotazo a un cosquilleo en su hombro. Sucedió de nuevo, e instintivamente se alejó, pero el cosquilleo regresó, viajando a través de su espalda. Eran besos.

Con los ojos todavía cerrados sonrió mientras Jughead apartaba un mechón de su cabello para encontrar un lugar nuevo para besar. 

Despertarse con la sensación de la respiración de Jughead en su piel la llevó a recordar cómo terminaron desnudos entre las sábanas de seda fresca. 

—Buenos días, cariño —susurró.—

—Buenos días.

—Me preguntaba—Comenzó, murmurando las palabras en su mejilla cuando Betty se dio la vuelta. —En vista de que prometiste cumplir mis caprichos ¿Crees que podríamos pasar todo el día en la cama?

Ella sonrió obligando a sus ojos soñolientos a abrirse. —¿Y qué hay de nuestro viaje? 

Jughead guardó silencio pensando y apoyando su cabeza en su mano. —Hmmm. De acuerdo. —Respondió perezosamente.— 

Betty rió suavemente acariciando la mejilla de Jughead suavemente y acercándose para besarlo. —Podemos tomar el desayuno aquí si tú quieres. —Sugirió mirando el brillo de emoción en los ojos de su chico, él asintió en respuesta.—

—Eso suena perfecto. 

—Bien...le pediré a Winston que suban el desayuno. —Dijo intentando ponerse de pie, pero Jughead la detuvo envolviendola en sus brazos.— 

—Tal vez antes de eso pueda tomar algo de ti… —Musito con su voz ronca hundiendo su nariz en el cuello de Betty y ella suspiró entre sus brazos.—

—¿Nunca tienes suficiente? 

—Nunca, si se trata de ti.— Respondió.— Espero que puedas soportame. 

Betty sonrió cuando Jughead se inclinó para besarla alargando sus manos hacia sus caderas, colocándose encima de ella. 

Separó sus piernas encajando perfectamente entre sus muslos, ahora, su lugar favorito. Sin apartarse de sus labios deslizó una mano por detrás de su cabeza, recorriendo 

su cuerpo con la otra, estrujandolo y masajeandolo hasta alcanzar uno de sus pechos, cubriendo y pellizcando uno de sus pezones, maravillado al ver cómo se endurecía entre sus dedos.

Betty gimió y alzó la pelvis, oprimiendo el pene de Jughead cada vez más duro. Los dos toman aire dejando de besarse y Betty jadeó mirándolo con una expresión ávida e implorante cuando Jughead se detuvo mirándola con una sonrisa, ella quería más.

Él flexiona las caderas, empujando su dura erección contra ella, atento a su reacción. Betty cerró los ojos, volviendo a gemir ante el placer carnal, tirandolo del pelo. 

Jughead volvió a hacerlo y esta vez Betty también empujó contra él. La sensación se volvió agónicamente intensa entre los dos y ella mordió su barbilla, reclamando sus labios y su lengua en un beso húmedo y apasionado. Siguieron frotándose el uno contra el otro, deslizándose en movimientos perfectamente opuestos que crearon una dulce y dulcísima fricción que se convirtió en una deliciosa tortura.

 Los dedos de Betty se aferraron a los brazos de Jughead y la respiración se aceleró. Jadeando, ella deslizó una de sus manos hacia la parte baja de la espalda de Jughead y la introdujo por debajo de su cintura, apretando su trasero evitando que parara.

—No...

Dijo Jughead con la respiración agitada tomando su miembro por debajo de las sábanas alistándose para entrar en ella. El anhelo en el rostro de Betty se reflejó en su rostro y Jughead sonrió frotando su nariz con la suya. Con lentitud se hundió en ella, reclamándola.

『Sugar mommy』❁Bughead || C O M P L E T A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora