『Sugar mommy』❁Bughead || C O M P L E T A.

Seis.

—¿Qué haces aquí Verónica? —Preguntó Betty sonando un poco molesta y Jughead se removió incómodo en su lugar ante la mirada de confusión de la alcaldesa, ¿Qué debía hacer?.—

—Disculpa si te he interrumpido y hola Jughead Jones.— Jughead solo medio sonrió, sabía que estaba en problemas, la alcaldesa lo conocía, era obvio si su padre trabaja para ella, el pensamiento de que ella probablemente le diría a él le aterro.— 

Betty bufó poniéndose de pie, dejando bruscamente su servilleta blanca en la mesa. —¿Podrías esperarme un momento? —Preguntó dulcemente Betty a Jughead y él solo asintió. —Hablemos en mi estudio. —Murmuró Betty está vez dirigiéndose a Verónica.— 

—No sabía que te gustan menores B. —Burlonamente dijo Verónica en cuanto entraron al estudio de Betty.—

—No es de tú incumbencia y por favor te pido que no se lo comentes a nadie. —Respondió tratando de mantener la calma ante su mejor amiga.— Y bien ¿A qué se debe tú repentina visita? 

—Yo no diré nada. —Dijo sentándose en la atiorcepelada silla dejando su bolso negro en el escritorio.—Renunciaré a mi puesto como alcaldesa.

—¿Qué? 

—Si B. —Con naturalidad dijo Verónica cruzando sus piernas.— Estoy tan harta de ese trabajo, cada día tratando de sacar adelante un pueblo que simplemente no puede salir de…

—¿Y qué hay de nuestros negocios Verónica? 

—Tranquila B, yo creo que tú harás mucho mejor el trabajo como alcaldesa. 

Betty parpadeó y movió un poco la cabeza sin entender.— ¿A qué te refieres? 

—Elecciones mi querida B, tienes todo el poder y dinero para que tú logres ganar. —Respondió.— Definitivamente no habrá ninguna competencia para ti. 

—Yo… —Betty pensaba mucho, ella debía admitir que esa propuesta le atraía, ser alcaldesa de Riverdale era algo que en sí le gustaba pensar, y qué mejor para su negocio de tráfico de drogas, el gobernador estaría encantado.—

—Piensalo B, anunciaré mi renuncia en la celebración del aniversario del pueblo. —Veronica se puso de pie tomando su bolso.— Ese puesto te quedará perfecto, los pueblos vecinos querrán ser parte de nuestro negocio.

La alcaldesa se despidió de su amiga y posteriormente salió del estudio de Elizabeth, quien pensaba aún en la propuesta, ser alcaldesa le facilitaba tanto las cosas, confiaba en Verónica, pero que mejor que ella haciendo su propio trabajo. 

Cuando regresó al comedor pudo ver a la joven de las chicas de servicio sirviendo más vino a su joven amante, su sangre se calentó al ver que ella ligeramente le coqueteaba, por su parte Jughead se mostraba incómodo.

Chico lindo y chica estúpida.

pensó ella.

—Listo Maddie, él puede servirse solo. —Dijo Betty sin mirarla, la chica rápidamente se separó y prácticamente huyó de ahí.—

—¿La alcaldesa se fue? —Preguntó Jughead en cuanto Betty volvia a su lugar.— 

—Si, tranquilo, ella no dirá nada que afecte a los dos. —Respondió sonriéndole y él asintió sonriendo levemente. Pero Betty no estaba tranquila como aparentaba estarlo, suficiente había tenido con las palabras de su amiga y la tonta chica de servicio que tenía. Ella bufó inconscientemente cortando con fuerza su trozo de carne que probablemente ya se encontraba fría.—

—¿Sucede algo? —Preguntó Jughead y Betty se suavizó.— 

—No niño lindo, todo está bien. —Lo miró poniendo su mano en la pierna del chico, él abrió los ojos casi atragantándose.— ¿Qué te parece si pasamos al postre?.