Díez.

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Por la mañana Jughead despertó cuando escuchó la puerta cerrarse. Perezosamente abrió los ojos y miró a su alrededor, Betty Cooper estaba ahí, y lo miraba con una sonrisa burlona.

—Se supone que te despertaría de otra manera. —Se burló ella, Jughead se frotó los ojos sentándose en la cómoda cama.— ¿Cómo has dormido?

—Muy bien. —Respondió él con una pequeña sonrisa, y es que él no recordaba desde cuándo había dormido tan bien como la noche anterior.— ¿Y tú?

Betty rió levemente, un bello sonido para Jughead. —Si no fueran por tus ronquidos, diría que bien. —Se acercó, sentándose a un lado de él. Olía exquisito, dulce y flores. Ella ya estaba lista, estaba vestida tan elegante como siempre.—

—No puede ser… —Jughead cerró los ojos apenado. Cuántas veces su hermana
le había reclamado eso también. Pero ahora con Betty Cooper, eso no era muy atractivo por parte de él.—

—Probablemente si eso hubiera ocurrido, te habría echado de mi cama.— Continúo Betty y Jughead suspiró aliviado, entonces era una broma.— Debes darte prisa, ya sabes dónde está el baño.— Betty musitó acariciando la mejilla de su joven amante, parecía que comenzaba a gustarle hacer eso.—

La tensión sexual volvió, ambos se percataron de que la noche de ayer ni siquiera se habían besado, y los dos lo necesitaban. Betty no esperó más para besarlo, sujetando su cara entre sus manos, Jughead jadeo cuando el beso comenzaba a ser violento, haciendo que sus dientes choquen un segundo. El deseo estalló en todo su cuerpo, él respondió el beso metiendo su lengua entre los labios de ella. Pero fue Betty quién dió fin a ese intenso beso.—

—Quisiera quedarme y montarte toda la mañana, pero tú debes asistir a la escuela. —Dijo ella, su respiración estaba agitada al igual que la de Jughead, y a juzgar por el rostro de Betty, ella tenía las mejillas rojas, su piel ardía al igual que sus labios. Se incorporó y caminó hasta la puerta.— He mandado a que te compren algo de ropa nueva, vístete, te espero abajo a desayunar. —Dijo ella, antes de salir de la habitación. Jughead ni siquiera pudo responder a eso, rodó los ojos y se puso de pie perezosamente.—

Cuando bajó a la planta de abajo Betty se encontraba hablando por teléfono cerca del enorme ventanal. Parecía furiosa con la persona con la que hablaba.

—Tienes hasta medio día ¡No más! —En cuanto se percató de la presencia de Jughead bajó la voz y terminó la llamada. Se acercó a él y lo beso con tanta intensidad que Jughead se sorprendió.—Te queda perfecto. —Halago Betty recorriendo con la mirada a su joven amante. Claro que ella había sido específica con sus hombres a la hora de pedir que le comprase ropa para él. Camisa de cuadros,junto a una polera negra y unos jeans negros.—

—Podía usar la ropa que traía...—Musito Jughead, pero gran error, Betty había fruncido las cejas y eso significaba que comenzaba a enfadarse.— Pero Gracias, quién lo haya hecho, tiene un muy buen gusto.

Y Betty sonrió negando con la cabeza acercándose a él. —Vayamos a desayunar o llegarás tarde a la escuela, espero que no necesites pasar a tu casa.

—No, por suerte tengo todo en mi casillero. —Respondió caminando junto a Betty al comedor, dónde las chicas de servicio ya comenzaban a servir el desayuno. Ciertamente Jughead se sentía un poco incómodo al pensar lo que las personas de servicio en la casa de Betty creían o pensaban de él, era obvio que ellos ya se habían percatado la clase de relación que ellos tenían.—

—¿Azúcar? —Preguntó Betty sacándolo de sus pensamientos.—

—Por favor.

—¿En qué piensas? —Betty volvió preguntar.—

『Sugar mommy』❁Bughead || C O M P L E T A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora