Treinta y siete.

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Betty mantenía su mirada fija sobre la puerta, esperando a que Jughead entrará con esa sonrisa radiante y que dijera “Cariño, estoy aquí.”

Todo en el salón brillaba, los arreglos florales junto a las luces con los colores favoritos de Betty, sus amigos estaban reunidos y reían por sus charlas animadas que Betty no podía comprender, en su mente solo se preguntaba ¿Dónde estaba? 

Y ellos preguntaban ¿Por qué no ha llegado?, Betty solo respondía. “Tuvo un problema en casa, llegará pronto”, porque eso había sido lo que Jughead le había escrito en un mensaje, antes de que Betty se dirigiera al salón donde celebrarían su cumpleaños.

No tuvieron más alternativa que comenzar sin él, la idea no era tan atractiva para Betty, pero sus amigos esperaban. 

El rostro de Betty se iluminó cuando la pantalla de su celular se encendió y mostró el nombre de Jughead, era una llamada de él. 

Se apresuró a apartarse para responder y cuando lo hizo se llevó la gran sorpresa de que no era Jughead, si no ¿Donna?

—Elizabeth Cooper, que bueno es volver a escucharte. 

—¿Disculpa? —Betty preguntó evitando gritarle con la pregunta de ¿Dónde estaba Jughead? ¿Qué hacía ella con su celular?—

—Vamos a dejar las mentiras a un lado ¿Está bien?, Sé que te estarás preguntando ¿Qué hago yo con el celular de tu novio? Bueno, él ha sido muy colaborativo, pero el momento ha llegado querida, no más mentiras para él y para todos. 

—¿De qué demonios estás hablando? —Preguntó a regañadientes Betty mirando hacia atrás, por suerte nadie la había seguido y nadie se encontraba cerca.—

—He seguido tus pasos, no fuiste tan cuidadosa como creíste... nosotras tenemos asuntos que arreglar. 

—¿Qué? ¿Dónde está Jughead? 

—Humm creo que se ha desmayado, o muerto, no sé con exactitud.

Betty frotó su frente con su mano. —No le hagas nada a Jughead, por favor… —Fue lo primero que Betty dijo, era lo único que le importaba ahora.—

Escuchó una pequeña risa por parte de Donna.—No te preocupes Elizabeth, estoy segura que no querrá volver a verte después de saber la verdad.

Escuchar eso fue lo último para hacer que Betty sintiera ese molesto dolor en su pecho y la sensación de hundimiento comenzó.

—Hay una cabaña cerca de Greendale, yo sé que tú la ubicas, estaré esperando. —Dijo.— Ah, y por favor, sólo tú, no queremos involucrar a más personas ¿Verdad?

—¡No! ¡Donna! —Betty gritó pero fue en vano, ella había terminado la llamada.—

Sin dar explicaciones se retiró y ni siquiera se dio cuenta cuando las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, tampoco el camino a la cabaña, lo único que podía pensar era en Jughead y si era verdad que él sabía la verdad.

Estacionó su coche a la orilla de la carretera y se introdujo al bosque, era claro que ubicaba la cabaña, habían pasado infinidad de anuncios para ser vendida o al menos rentada los últimos días.

Nadie se acercaba, por el hecho de que era un lugar peligroso.

Los tacones de aguja se enterraban en la tierra húmeda a medida que avanzaba en el bosque hasta encontrar el camino que la llevaba a la cabaña, sus piernas desnudas estaban levemente rasguñadas por la hierba.

—Que bueno que llegas. —Betty se sobresaltó al escuchar la voz conocida de Donna detrás de ella y giró para encararla. Pero retrocedió al ver que la apuntaba con una pistola, era una trampa y ella había caído, había estado tan absorta pensando en Jughead y lo que Donna sabía, que no había sido precavida.— Vamos, tú novio está adentro. —Donna señaló con la pistola, pero Betty no se movió.—

『Sugar mommy』❁Bughead || C O M P L E T A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora