Bésame, y a destiempo
Sin piedad y en silencio
Bésame, frena el tiempo
Haz crecer lo que sientoEra una tarde de verano en la ciudad de Atenas. Una inquieta y erizada cabellera morada se mecía con el aire, mientras se desplazaba en una bicicleta lo más rápido que podía.
Llegó hasta la casa que tenía por destino en tan solo un par de minutos, y de inmediato bajó de su pequeña bicicleta para llegar hasta la puerta y tocar el timbre.
Se quitó el casco, mientras esperaba que alguien atendiera. Fueron solo un par de minutos los que tuvo que esperar, cuándo la puerta se abrió, dejando ver a un joven de cabellos verdes.
- Oh, hola, Milo.- Le saludó el mayor.- ¿Vienes a ver a Camus?
- Si.- Respondió sonriendo.- Le prometí que iríamos a patinar al parque.
- Si, tu hermano me comentó algo ayer.- Asintió el peli-verde, acomodando los anteojos que descansaban sobre el puente de su nariz.- Pasa, está haciendo demasiado calor para esperar afuera.
- Gracias, Degel.
El pequeño de siete años entró en la vivienda, tomando asiento en uno de los suaves y lujosos sillones de la sala.
- ¿Tienes sed?
- No, gracias, Degel.- Agradeció el pequeño.- Solo venía por Camus.
- Le diré que baje.- Asintió el jóven, y después se desapareció, subiendo por las escaleras, rumbo a la habitación de su hermano menor.
Milo se quedó en la sala, golpeando su casco levemente con sus puños cerrados, mientras pensaba bien lo que haría ese día.
Llevaba ya unos días pensando en cómo decirle algo a su mejor amigo. Ese pequeño y tierno francés de mejillas rojas que lo hacía suspirar.
Aún recordaba el día que se conocieron, gracias a sus hermanos mayores. En ese entonces, Milo estaba por ingresar a su primer año de preescolar, y la familia de Camus recién se había mudado de Francia, y fue el hermano de Milo quién decidió ir a saludar a los nuevos vecinos.
Milo acompañó a su hermano, y ahí fue cuándo conoció a Camus. Cuando comenzaron a ir al preescolar juntos, se hicieron todavía más cercanos.
Y ahora, casi seis años después, eran inseparables, no podían pasar ni siquiera un solo día sin verse.
Un día, sin saber bien cuándo, Milo comenzó a sentir algo extraño al estar cerca de su amigo. Primero decidió recurrir a sus amigos, pero ellos no supieron qué responder.
Después pensó en acudir con alguno de sus hermanos, pero casi al instante desistió de la idea.
Su hermano mayor se burlaría de él. Sus hermanas no dejarían de hostigarlo día y noche, sin darle ningún consejo útil. Y su hermano menor era demasiado jóven, y probablemente aún más torpe que él.
Y finalmente, decidió pedir consejo a su madre. Aún recordaba que su mamá rió levemente, y después lo alzó en brazos.
- Ay, mi bebé ya creció.- Suspiró su madre, mientras lo estrujaba.- No te preocupes, manzanita. Simplemente estás enamorado.
Su madre pasó días dándole consejos de qué debía hacer. Pero todos llegaban a lo mismo: declararle su amor a Camus.
Decidió que ese sería el día. Pero ahora comenzaba a arrepentirse, temiendo que Camus no sintiera la mismo.
Todos sus pensamientos se vieron interrumpidos cuándo escuchó pasos bajando la escalera, y luego vió a Camus, junto a Degel.
El francés menor le sonrió, y después de saludarse, ambos salieron de la casa, tomando sus bicicletas, listos para marcharse.
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Saint Seiya. Songfic's Yaoi
FanfictionPues, como dice el título, aquí se publicarán songfic's (Fanfic's basados en una canción.) que me pidan. 🔴[Pedidos cerrados]🔴