Perdón [♐Aioros x Shura♑]

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Prometí quererte para siempre
Y era cierto no había dudas
En mi mente
Si el destino tuvo planes diferentes
Y te herí por accidente
Perdón

- Shura, ¿aceptas a Aioros como tu legítimo esposo?

- Si.- Respondió el español, viendo totalmente enamorado al castaño que tenía enfrente, con sus manos enlazadas.

La misma pregunta fue hecha a Aioros, que respondió igual de enamorado que su amado español. Culminando así, con un beso, la ceremonia que debía unir sus vidas por siempre... O así se suponía.

...

- ¡¿Qué diablos haces aquí?!- Gritaba enfurecido un castaño, con obvias intenciones de irse encima de Shura.

- ¡Aioria, cálmate!- Luchaban unos conocidos suyos por contenerlos, y evitar que se mataran a golpes.

- ¡No me pidas que me calme, Kanon!- Respondió embravecido.- ¡Éste idiota no tiene ningún derecho de estar aquí después de lo que hizo!

- Shura, será mejor que te vayas.- Intervino otro de los presentes, un hermoso peli-turquesa. Mientras Kanon y otro chico rubio sujetaban a Aioria.- En éste momento, nadie requiere ni desea tu presencia aquí.

- Afrodita tiene razón, Shura. Ya causaste suficientes problemas.- Se sumó una nueva voz. Al dirigir la vista a la dirección, se toparon con un apuesto peli-morado.- Y por favor, dile a Camus de mi parte que mi hermano irá por mis cosas mañana por la tarde.

La tensión se sintió aún más en el ambiente, y Afrodita rápidamente se acercó al recién llegado, buscando evitar más confrontaciones.

- Milo...

- Tranquilo, Dita. No me voy a rebajar a semejante nivel, y Aioros tampoco.- Dijo el escorpiano, viendo la preocupación en los ojos de su amigo.- Por cierto, Shura. Aioros te manda a decir que tienes un mes para recoger todas tus cosas. No quiere verte, ésta fue la última vez. Y a tí, Aioria, tu hermano te necesita con él, no aquí perdiendo el tiempo.- Añadió, e ingresó nuevamente al domicilio, siendo seguido por todos los demás, a excepción de Shura.

El español se quedó estático, ni siquiera podía reaccionar. Ahora sí que la había errado.

Si me solté de ti, si no te defendí
Fue que mi corazón estaba ciego
Qué estupidez perderte para verlo
Lo siento

Ahora estaba en la casa que compartía con Aioros desde hace casi diez años. Y que ahora estaba solitaria sin la presencia de su pareja.

Habían pasado dos semanas desde aquel fatídico día en que lo perdió una buena parte de su mundo; su matrimonio, sus amigos... Y todo ¿a cambio de qué?, de un calentón del momento.

Camus, el ahora ex-prometido de Milo, y él se conocían desde la universidad, y siempre habían sido buenos amigos.

Nunca había visto a Camus con otros ojos que no fueran de fraternidad y amistad. Pero en una noche de copas, terminaron enredados entre las sábanas.

Acordaron que quedaría simplemente como una anécdota de borrachera más, y que quedaría entre ellos. Pero la carne es débil, y por más que lo intentaron, terminaron cediendo.

Siguieron viéndose a escondidas, sin que ninguna de sus respectivas parejas se enterara. Y pareciera que mantendrían esa mentira hasta que se les diera el antojo, pero el destino tenía otros planes. Y ambos fueron pillados con las manos en la masa por sus parejas.

Saint Seiya. Songfic's YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora