Le hacemos caso a Liam a "casi" todo.
Recomiendo reproducir la canción de Lili (que está arriba) cuando Ámbar la mencione mientras está narrando. Bays!!
—Erick...
—Levántate— suena más a una orden su pedido. Y obedezco.
Erick es alto. O yo soy muy baja. Pero sigue siendo alto para su edad, sobretodo por cada músculo de su cuerpo trabajado y tonificado por el intenso ejercicio que hace aquí. Osea él mide 1 metro 80 centímetros. Y yo mido solo 1 metro 55 centímetros. Osea 25 malditos centímetros de diferencia.
Hay mucha injusticia en este mundo.
—Sácame la remera.
—¿Qué-qué?
—Sácamela Lizzie.
Le hago caso. Su piel se tensa cuando mis dedos helados tocan su cintura. Elevo la remera hacia arriba deslizando mis uñas por su cuerpo con lentitud. Se la saco y la dejo caer en el piso.
Se muerde ligeramente los labios y se acerca a mi cuello enterrando su cara ahí. Lo besa, lo muerde y lo chupa a la vez, posiblemente deja marcas, gimo y su lengua se para en el lóbulo de mi oreja. Juega con ella, me hace palpitar algo que no es el corazón y dice finalmente:
—Baila para mi— un breve susurro que causa revoloteos en mi interior y exterior.
—¿Qué?— musito confirmando si lo que escuché, lo escuché bien.
—Hazlo— su voz me exita, cargada de deseo y posesión.
—¿Con m-música?
—Uhm jum— muerde con fuerza mi oreja haciendo que grite un poquito.
—¿Cuál música?
—Sorpréndeme— se separa de mí sonriendo. Se aleja para sentarse en la cama. Lo quiero seguir hasta ahí pero niega.
—Baila en frente mío.
—Okey.
Creo que las órdenes de Erick, simplemente me hipnotizan. No pongo objeción alguna. Me tiene rendida a sus pies. Me cautiva su forma de hablar, me seducen sus peticiones, me fascina su forma de mandarme.
¿Estoy loca? ¿O el amor produce la locura?
Como la loca lectora del erotismo que soy, también me gustan las canciones eróticas o con doble sentido que tengan el sonido como una balada que magnetiza.
Mi celular había quedado acá en la mesa. Lo agarro y repitiendo como la loca que soy, reproduzco una playlist de música erótica o relativamente erótica.
"Grind me down" de Liliana Wilde se reproduce. Lo miro, él me da la misma mirada porque también conoce la canción.
—Tú no eres la única pervertida dulce Lizzie— dice leyendo mi mente. Me río un poco.
Me empiezo a mover. Es incómodo y un poco raro bailar desnuda, pero la intensa mirada de Erick hace que la vergüenza se me vaya.
Muevo mi pelo, que también es incómodo porque está enredado y húmedo pero no me importa. Igualmente también con la borrachera espero no caerme en un intento de un baile erótico.
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El Miedo De Ámbar #1
Teen FictionUn simple apodo puede desestabilizarla. Un nombre tan común puede enloquecerla. Una mínima coincidencia se relacionan con sus pesadillas y recuerdos. Lo superó. O eso creyó. Ámbar prometió nunca enamorarse después del acontecimiento que vivió. Tien...