Capítulo 30: En otra mente.

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Cita, salida. Es lo mismo ¿O no?







Sábado, 14 de mayo.

—Largo.

—Lin...— le cierro la puerta en la cara.

»Linda... Por favor, ábreme la puerta.

—Vete de aquí mentiroso— voy a la barra y saco un vino al azar.

Hoy es sábado y mi cuerpo lo sabe.

Mis padres siguen en la casa de mi abuelo Kurt y Ethan... No tengo idea.

Descorcho la botella y tomo del pico nomás.

¿Ya mencioné que no soy una princesa?

Además ahorro el lavar una copa.

—Linda. No me iré hasta que me dejes entrar— rodeo los ojos porque sé que no se irá. Me acerco a la puerta y antes de abrirla tomo otro trago más. Uno más largo.

»Al fin...— enarca las cejas.

—Habla. Dos minutos. Comienza.

—¿Qué...

—Tic Tac, Tic Tac wey— bebo un trago más.

—Okey... Primero que nada, lo siento, por ocultarte la verdad estos meses.

—En vez de decirme apenas nos vimos el primer día de instituto que ya nos habíamos visto y besado, no lo me lo dijiste— me apoyo en el marco de la puerta —¿Por qué?

—Tenía miedo.

—¿De qué?

—De tu reacción. De como me ibas a mirar sabiendo que era mejor amigo de Ethan y como una chica e incontables botellas de distintas bebidas cagaron nuestra amistad.

—¿Yo soy la causante que seas un idiota al besarme sabiendo que Ethan estaba enamorado de mí?

—No, el alcohol hizo que me olvidara que tú eras la chica esa. Al principio que estaba bastante sobrio supe que no sería correcto ir a ti. Pero pensando que si tomaba un poco más me armaría de valor para invitarte a bailar sería mejor. Pero resulta que cuando viniste a mi olvidé que Ethan era mi mejor amigo. Yo solo me quedé embobado en ti. En lo linda que eras a pesar de tu pelo alborotado y tú transpiración. Aún no entiendo porque tomaste en exceso, como que lo hacías a propósito.

Me tenso.

Cama vacía.

Ni una carta.

Frío en la madrugada.

Ni una despedida.

Un juego... Fui un juego...

Quería olvidar.

Trago saliva, antes de que mi garganta arda tomo otro trago.

—Habia tenido un buen día y quise celebrar— me encojo de hombros —no viene al punto. Sigue hablando.

—Fui un idiota y lo sé. Yo no soy bueno para reconciliarme con alguien. Normalmente hago bromas cuando inicio una conversación pero me sale completamente mal. Cuando ví a Ethan este año, el primer día que fue hablé con él y le dije algo de mejor amigo, pero estaba bromeando, pero salió mal, porque él me dijo que hace tiempo dejó de serlo. Me odia y tiene sus razones. No tuve la oportunidad de pedirle perdón, porque rompimos cualquier lazo que teníamos. Se lo quise decir en estos meses pero yo sé que no me perdonará por 2 razones.

El Miedo De Ámbar #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora