Capítulo 28: Rompiendo la regla №2

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¿Algo que no nos sorprende?
Otro sueño.
Uno peor que el otro.
Uno que cada vez se acerca... Al miedo de Ámbar.








—No te enojes conmigo. ¿Cómo supiste que estaba aquí?

—No lo estoy ¿Por qué habría de estarlo?— deja de mirar su vaso y me mira a mí —mi papá me dijo la dirección del bar la última vez que llegaste borracho. Vodka— le pido al cantinero. Me siento a su lado.

—Porque te oculté algo en lo cual estabas involucrada. ¿Por qué brindaremos?

—Pero intentaste decirme ayer en mi cumpleaños. Y brindaremos porque esta es una vida de mierda, una mentira que te esconde cosas.

—Excelente argumento enana— se ríe y noto que ya está ebrio. Solo en cinco minutos. Eso es un récord. Más que nada porque le dió fondo a una botella de ron. Me traen el vaso y me lo bebo en un segundo.

Mierda... Hace años no tomaba vodka.

En como fuego pasando por mi garganta. Me arde la lengua pero aguanto. Le pido otro y otro y otro. Y otros cinco más hasta que simplemente pago una botella.

—Que refinada— me río por su sarcasmo.

—Salud— choco mi botella con su vaso y ambos bebemos al mismo tiempo.

Obediente. Me trae recuerdos...

¿Acaso conozco a ese lunático? ¿O él me conoce a mí y yo no?

Soy tu sombra. Lo soy hace mucho tiempo.

Mi sombra... Extraño.

Mañana es el funeral de Anderson. Mañana necesito ir para despedirme.

Hoy le están haciendo la autopsia. Es obvio que fue un homicidio. Ellos tienen que confirmarlo, yo ya lo sabía antes de que apareciera en las noticias.

Esos nervios de que algo le llegara a pasar a Ryan mientras salíamos del hotel para ir al aeropuerto. Tomar ese Whisky sabiendo que esa bebida me traía los peores recuerdos de mi vida.

Lo único bueno por así decirlo fue callarla a la puta de la recepcionista.

Y aunque me trae recuerdos ese Whisk, joder, que si amé tomarlo porque es uno de mis favoritos.

Estoy cansada. Tan cansada.

No quiero pensar más. Así estaba hace dos años. Recuerdo que bebia y una que otra inhaladadita de polvo también. Mis padres jamás supieron eso. Solo Kev y Liam. Me ayudaron.

No me drogué nunca más. Y beber, solo lo hacía en las fiestas pero solo una poca cantidad.

Pero ahora un loco quiere matar a Ryan si está conmigo, Anderson está muerto, me enteré que Ryan me mintió todo este tiempo. Las pesadillas al parecer volvieron.

Siento angustia, tristeza, enojo, y confusión. Y aunque no quiera aceptarlo, miedo. Sobretodo miedo.

Necesito tomar.

Siempre le decía a Liam.

"Cada uno tiene su droga para escapar de la realidad"

La mía era matar, y disparar. Disparar lo sigue siendo, pero también era tomar y aveces drogarme.

Ahora... Mi droga tiene que ser el bendito vodka.

»¿Ethan?

—¿Uhm?

—¿Me creerías si te digo que odio a Ryan?

—¿Sinceramente?— asiento —es un puto coro de angeles que digas eso.

El Miedo De Ámbar #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora