Yo que ustedes, no tendría a Kev de psicólogo.
El miedo no es la clave del éxito Ámbar.
Pero la furia y la ira sí.
Canaliza esa ira, usala en tu contra y vencerás.
Tienes que vencer al miedo o él te vencerá a tí.
Despierta Ámbar, despierta de una vez.
Él no te ama.
Él no siente amor.
Él no siente nada.
.
Viernes, 8 de julio.
Ahogo un grito cuando abro los ojos.
Estoy toda sudada, de pies a cabeza, con el corazón palpitando queriendo salirse de mi pecho.
Toco mi frente empapada de sudor y me seco la cara y el cuello con las sábanas.
El sueño se vuelve a reproducir en mi mente, solo que eso no me lo dice Kevin, sino... Él.
No otra vez. Otra vez no. Ya es como la décima vez que estoy soñando con él. Me pican los ojos. No, no quiero llorar. No puedo llorar por él.
Agarro mi teléfono. 2:17. Que lindo, soñé a la misma hora que se fue. Increíble como funciona mi mente retorcida.
Marco el número de una de las únicas personas que saben de esto y en un segundo contesta con voz somnolienta.
—¿Ámbar?— se escucha un bostezo del otro lado de la línea.
Comienzo a llorar sin pensarlo. El pasado pasando como un flash por mi cabeza. El pasado que duele. Ese que me persigue día y noche aunque lo tenga cerrado con llave y candado.
—¿Hija?— repite pero ahora está preocupado. Claro, casi nunca lloro de forma espantosa.
—Volvieron papá— sollozo —las pesadillas volvieron, y él-él está aquí, yo lo siento y... yo le creo a la loca que apareció en mi casa... ella me dijo que-que él iba a venir por mí— tapo mi cara con una mano intentando calmarme.
—¿Qué loca Ámbar?
—Una loca que me quiso matar porque estaba obsesionada con el enfermo de Erick— absorbo por mi nariz cuando los mocos se me quieren caer.
—Joder, lo dices tan naturalmente ¿Tú estás bien?
—Lo estoy, pero casi la mato.
—¿En serio?— no puede ocultar la sorpresa en su voz.
—La hija de puta me la estaba poniendo muy difícil al llamarme Lizzie, al insultar a Dereck y a recordarme que no podía decepcionar a Liam. A este paso ya estaría enterrada en el jardín de mi casa. Pero me contuve.
—Por Dios. Si aparecía hasta hace un año y medio no lo dudaría.
—Como sea, siento que está aquí vigilando cada movimiento que hago, incluso hasta ahora— me muerdo la yema de mi dedo mirando en todo el cuarto por las dudas.
—Ven aquí, tenemos que hablar como en los viejos tiempos— suspira y asiento recordando otra vez el pasado.
—De acuerdo— respiro hondo —papá...
—¿Sí?
—Tengo miedo— confieso.
—No pasa nada. Él no volverá. No lo hará. ¿Y sabes por qué?
ESTÁS LEYENDO
El Miedo De Ámbar #1
Teen FictionUn simple apodo puede desestabilizarla. Un nombre tan común puede enloquecerla. Una mínima coincidencia se relacionan con sus pesadillas y recuerdos. Lo superó. O eso creyó. Ámbar prometió nunca enamorarse después del acontecimiento que vivió. Tien...