Capítulo 41: Etapas difíciles.

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Que casualidad 2 cartas bonitas el mismo día.







Jueves, 7 de julio.

2 semanas después.

—¿Cómo está Scar ami?— guardamos los libros en los casilleros. Tomamos los de la siguiente clase.

Miro a Cass.

—Mal— revelo —no quiere comer, vive encerrada en su cuarto. Trabaja desde casa porque no quiere salir. Llora todas las noches. Repite el nombre de mi papá hasta que se queda dormida. Solo pasaron dos semanas desde que se fue y no ha parado de sufrir. Lo llama todos los días pero él no le contesta nunca. Y lo entiendo. Necesita tiempo, pensar, aclarar sus pensamientos. No debe ser fácil aceptar de una hora a la otra que nunca tuvo una hija biológica, de su sangre. Hablo con él todos los días, le repito que sí soy su hija, que no se diga a si mismo que nunca fue mi papá porque si lo fue y lo es. Solo que ahora tengo dos papás y... Aún no lo puede creer.

—¿Y tú?— entramos al salón. Aún no llegó la profesora. Están todos en la cafetería.

Nos sentamos juntas. Todavía no hay nadie.

—Ya lo digerí... Digo, Kev siempre fue como otro papá. Te lo dije y es cierto, siempre fue esa persona que podía contarle cosas que tú por ejemplo no podías saber. Se volvió indispensable en mi vida. Cuando me enteré me alejé de él para discutir con mi mamá. Luego volví y lo pude asumir. Se sintió bien— sonrío —atiendo de mi mamá lo que más puedo, pero cuando se pone terca y no quiere que la ayude, paso tiempo con mi papá Kev. Vamos al parque de diversiones, al cine, a hacer ejercicios fuera del curso, como correr en la plaza, pijamadas en su casa— me río —nuestra casa, Kev me dijo que obviamente es mi casa, pero aún no lo creo. Y cosas así. Es divertido, y más sabiendo que es con mi papá de verdad y no uno que considero porque siempre está conmigo— Cassie asiente algo incómoda.

»No cambia el echo de que él aún siente muchas cosas por ti— me mira sonrojada —eso si, no vas a ser mi madrastra. Eres muy joven para eso. En nuestra mente seguiremos como mejores amigas.

Sonríe un poco.

—Pensé que te incomodaba Ámbar.

—Pues no. Pero lo que me preocupa es la reacción de Chris y Anna cuando sepan que su amigo de la secundaria y universidad posiblemente esté con su hija.

—Es verdad...— se agarra la cabeza cansada —si las cosas se dan, ellos no lo van a aceptar...

—Hey— la animo —vayan con calma.

—Por eso me evitaba el día que fui al curso. Sabía que era hija de sus amigos— es verdad.

—Uno no elige a quien amar... Solo pasa— lo digo más para mí que para ella.

—Pero vinimos a hablar de tus problemas, no de mis fallidos amorosos. Asi que...— sonríe despampanante como si nada le afligera —¿Te gusta estar con tu papá?

—Si— respondo contenta —si antes pasábamos tiempo juntos, ahora lo necesito más que nada ya que mi papá Will no está. Extraño sus espaguetis, sus abrazos consoladores y sus consejos...— dibujo garabatos en una hoja en blanco algo triste por su ausencia —no es lo mismo hablar por teléfono todos los días sino está a mi lado.

—Ya va a volver, verás que no aguanta estar sim Scar y tú. Mañana es el último día porque tenemos vacaciones de verano. Hasta el mes que viene vas a descansar— googlea en su celular —según la SEP aquí dice que las clases vuelven el 19 de agosto, un viernes. Que ganas de joder... ¿Por qué no empezamos un lunes?— no le hago caso a lo último.

El Miedo De Ámbar #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora