¿Segunda o tercera vez se vieron?
Narra Ámbar.
—Ámbar.
Kev me llama. No le respondo. No puedo hablar.
—Ay... Hermosa Eli— me susurra Liam.
—Me abandonó— susurro bajito con la garganta seca.
»Él me dejó. Nunca me amó...
***
¿Qué carajos acaba de pasar?
¿Qué hice?
¿Por qué lo hice?
Me digo mentalmente mirándome al espejo golpeando mí cabeza con este despacio.
¿Me arrepiento? Lo más estúpido es que no, claro que no, incluso quiero más, más de Ethan, quiero sentir como me hace suya, quiero sentir sus manos y su boca en todo mí cuerpo, pero lo que más me aterra es que no quiero que lo haga una vez, quiero estar así muchas veces.
No me puede gustar, eso jamás.
Serían años perdidos de práctica. No puedo. No puedo...
No puedo decirle "te amo" a un chico sin que huya antes de poder decirlo.
Simplemente no puedo. Ya no.
Media paranoica, pero me acuerdo bien cuando comencé a no enamorarme más por primera vez. Y después la cagué 4 años después.
Flash back.
Hace siete años (2013)
—Hija, quédate sentada aquí que voy a buscar mí bolso que lo deje adentro de la tienda de maquillaje— dijo mí madre desesperada porque se había olvidado su bolso hace unos quince minutos.
—Ay mamá, quiero ir a comprar un helado— para tener once años era muy caprichosa, pero creo que es la edad o nosé, la cosa es que quería mí helado de menta.
—Agh Ámbar, ok— me da dinero y sonrió como el gato de "Alicia en el país de las maravillas" —pero luego te sientas en ese banco ¿Si?.
—Si está bien— digo y ella sale disparando para la tienda.
Me río, parece una loca.
Me paro del banco y voy a la heladería que está a unos metros en frente mío.
Llego y hay como unas siete personas, gruño y me cruzo de brazos esperando.
Ojalá no se acabe el helado de menta, pienso.
Mientras tanto veo a todas las personas que hay en el centro comercial pero hay una que me llama la atención, es una pareja, tendrán quince o dieciséis años y están a unos seis metros pero se escucha bien que están discutiendo y la chica está llorando mientras el chico la intenta consolar.
—No me toques— la chica le dijo pegándole en la mano al chico que le estaba por acariciar la mejilla —eres un mentiroso, un idiota y yo te creí, y...yo pensé que me querías pero me equivoqué— dice llorando —vete y nunca más en tu vida me vuelvas a hablar, jamás, te odio— le dice señalándole con el dedo índice al chico que se le empezaban a caer las primeras lágrimas.
Se me encogió el corazón por la cara de la chica, toda roja al igual que los ojos y su cara toda mojada.
Caminó lentamente hasta sentarse en el banco donde estábamos mí madre y yo y con sus manos tapaba su cara mientras lloraba.
ESTÁS LEYENDO
El Miedo De Ámbar #1
Teen FictionUn simple apodo puede desestabilizarla. Un nombre tan común puede enloquecerla. Una mínima coincidencia se relacionan con sus pesadillas y recuerdos. Lo superó. O eso creyó. Ámbar prometió nunca enamorarse después del acontecimiento que vivió. Tien...